¿A qué edad debo casarme? – Sociedad de Jóvenes

  • Base Bíblica: Génesis 2:18-25
  • Tema General :Noviazgo ymatrimonio
  • Himnos:Himnos acordes a la familia del himnario o especiales
  • Publicidad : Busque una forma interesante de darle publicidad una o dos semanas antes de presentarlo
  • Presupuesto: No requiere ningún gasto este programa 

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Objetivo:

  • Orientar a los jóvenes acerca de la edad en que es conveniente casarse.
  • Orientar a los jóvenes acerca de cuál es la actitud correcta en un noviazgo cristiano.
  • Que cada joven piense si tiene madurez suficiente como para contraer enlace matrimonial.

Planes para el programa: Este programa se desarrollará en forma de panel.
Dado que este tema es muy importante para todos los jóvenes y adolescentes, hacer la debida propaganda. También debiera interesar a los adultos, pues los conceptos vertidos pueden servirlespara aconsejar a los más jóvenes.
Se puede aprovechar este tema para invitar a jóvenes no adventistas para asistir a la reunión. En ese caso se debieran hacer los preparativos necesarios para lograr una reunión interesante, ágil y alegre.
No olvidar de dar la bienvenida a las visitas, tanto dentro como fuera de la iglesia. Se pueden ver más ideas en el módulo Testificación de este tomo.
Introducción
(Hecha por el que dirige el panel). ¿A qué edad debo casarme? Esta pregunta, frecuentemente hecha, supone que hay una edad determinada en la cual uno está listo para el matrimonio. Tal suposición ignora casi todos los factores importantes que determinan si en realidad uno está listo o no para la aventura más emocionante, el matrimonio.
Por lo general, la ley exige una edad mínima para el matrimonio. Pero la edad casi nunca es la consideración más importante.
Actualmente algunas personas están listas para el matrimonio a los 20 años de edad, mientras que otras no lo están a los 40.
(A continuación se presenta a los miembros del panel. Debiera estar compuesto por: una madre, un anciano de iglesia, un pastor, un profesional con buen criterio que sea miembro de la iglesia, un joven o una señorita cuya vida cristiana sea valorada y bien conocida, un profesor de colegio o maestro de escuela, etc.).
Desarrollo
Coordinador: A juicio de ustedes, ¿quiénes están capacitados para contraer matrimonio?
Persona 1: El matrimonio es para las personas maduras, y la madurez incluye muchas más consideraciones que el número de años vividos. Como un requisito para el matrimonio, la madurez comprende la personalidad en su totalidad.
Coordinador:  ¿a qué edad se alcanza la madurez?
Persona 1: Nadie alcanza por completo la madurez, ésta es relativa; pero cierto grado de madurez es necesario si un matrimonio ha de tener la oportunidad razonable de llegar a tener la relación satisfactoria que Dios quiere que tenga. Una de las necesidades más grandes que el consejero matrimonial encuentra, es la de la madurez. Sin este requisito ningún matrimonio puede tener éxito verdadero, mientras que con él pocos matrimonios fracasan.
Coordinador: ¿Cómo definiría usted a la madurez?
Persona 1:  Una evidencia de la falta de madurez es la frívola preocupación por nosotros mismos y por nuestros intereses, a costa de otros. Todos conocemos al niño que desea ser el centro de atención y demanda que sus propias necesidades y preferencias sean satisfechas, sin hacer caso de lo que los otros quieran o necesiten. Esta es una  fase normal en la vida de todos. En realidad, nadie puede deshacerse de esta fase completamente. Se pelea la batalla del «yo» toda la vida. 
Persona 2: Cuando se ha crecido lo suficiente como para estar consciente de esta lucha interior y se desee dominar los deseos egoístas. El matrimonio es un enlace cooperativo. Si tiene éxito, implica una cantidad indefinida de dar y  recibir. Un compañero del matrimonio no puede hacer todo a su manera todo el tiempo, y a la vez tener un hogar feliz.
Coordinador:  ¿Qué papel desempeñan en esto nuestras actitudes para con los demás?
Persona 3:  Una característica de la madurez que los psicólogos generalmente citan, es que una persona tiene que amar genuinamente a alguien tanto como a sí mismo. Esto significa que podemos tener la actitud correcta hacia otros, sólo si tenemos la actitud correcta hacia nosotros mismos.
Coordinador:  ¿No está demás considerar esto? Se supone que si una persona quiere casarse, ama a la otra tanto como a sí misma.
Persona 3: En realidad, eso parece ser razonable, pero no siempre es cierto. Si una persona no es madura, puede «amar’ a alguien sólo por lo que la otra persona puede hacer por ella. En otras palabras, una persona inmadura puede decir que ama a otra, cuando en realidad lo que quiere decir es que desea usar a esa persona principalmente para satisfacer sus propios deseos y necesidades sexuales. O quizá desea casarse para poder tener a alguien a quien dominar y «reformar» según sus propias normas. 
Puede ser que hasta quiera, más que todo, no una verdadera esposa, sino una cocinera y criada cuyo trabajo hará su vida más fácil y conveniente. O ella puede querer no un verdadero esposo, sino simplemente uno que la mantenga, que le dé seguridad o una alta reputación en la sociedad.
Porque todavía estamos ocupados en estas luchas internas, y porque necesidades tales como el sexo son dones de Dios y perfectamente normales, todos tenemos que reconocer en nuestro amor mpor otro, algunos de estos deseos  egoístas. La señal de madurez, nuevamente, es que estos deseos sean reconocidos y disciplinados, y que muchos más que éstos sean comprendidos en nuestro amor.
Coordinador:  ¿Cómo es el amor verdadero?
Persona 4:  El amor verdadero -el maduro, el casadero- incluye como su factor más importante un deseo honesto de que ocurra lo mejor en la vida del amado. La persona a quien amamos será tan importante para nosotros -no como instrumento para la satisfacción de nuestros deseos y necesidades, sino como una persona que estaremos dispuestos a sacrificar lo que sea, aun nuestra persona, si está claro que esto es lo mejor para nuestro amado. En otras palabras, el amor por el otro llega a ser tan poderoso que
desplazará y vencerá el amor propio.
Coordinador: ¿Qué significa la madurez emocional?
Persona 2: La madurez emocional no significa la perfección. Todos tenemos faltas y debilidades. La madurez significa dominar estas faltas lo mejor que podamos. También significa la aceptación de estas faltas en los demás y la habilidad de perdonar tales faltas con el amor. Cuando amamos con madurez no brigamos ilusiones acerca de la persona amada. Al contrario, amamos con honestidad y tolerancia.
Coordinador: Todo esto nos trae de nuevo al asunto principal: una persona madura es aquella que tiene la capacidad de amar a alguien verdaderamente. La atracción física tendrá un lugar definido en este amor, pero no debe predominar. El respeto, la admiración, la aceptación de la otra persona tal y como es, todos estos factores deben ser parte de un amor verdadero. Esto me hace pensar que detrás de ese amor mutuo entre dos personas debe existir algo más, ¿verdad?
Persona 1: En cierta ocasión, un escriba preguntó a Jesús: «¿Cuál es el principal mandamiento?» El Maestro contestó que el principal mandamiento es el amor a Dios con toda nuestra personalidad, pero que había otro tan importante como el primero: amar al prójimo como a uno mismo (Mar. 12: 18-31).
Jesús nos enseña que si hemos de relacionarnos como debemos con los demás -si hemos de amar verdaderamente a alguien debemos estar primeramente relacionados como se debe con Dios.
Esto es básico y fundamental.
El matrimonio es una relación de amor entre un hombre y una mujer, una relación de amor ideada y creada por Dios. Sólo la presencia de Dios en la unión puede hacerla lo que debe ser. Y Dios puede estar en medio de nuestro matrimonio sólo hasta el punto en que El sea una realidad en la vida de las dos personas interesadas.
Coordinador: La mayoría de la gente prefiere tener una ceremonia religiosa cuando se casa. Extrañamente, está aumentando el número de casamientos por iglesia. Tal acción significa el reconocimiento de que una boda es principalmente una ocasión religiosa. Puede ser peligrosa si conduce a una pareja a pensar que
por el hecho de haberse casado en un ambiente religioso, su matrimonio tiene el consentimiento de Dios y ya no necesita darle su atención. ¿Qué opina usted, qué tiene que ver la religión con la madurez?
Persona 2: Una fe pertinente y fundamental en Dios por medio de Jesucristo es una señal de  madurez. El que tiene tal fe reconocerá que todo matrimonio ideal, el que refleja el ejemplo de Dios, debe ser no un dúo sino un trío. Desde el principio hasta el fin, a través del noviazgo, compromiso, boda, luna de miel, viviendo y trabajando juntos, la crianza de los niños y los años áureos, debe haber un esposo, una esposa, y Dios. Sólo a medida que Dios tenga supremacía en cada fase de la vida, podrá El moldear nuestros hogares para que éstos concuerden con su voluntad.
Donde la madurez de la fe religiosa es la característica de un matrimonio, la fortaleza estará a su alcance para los inevitables conflictos y crisis que surgen.
Coordinador: ¿Qué importancia tiene la fe en Dios para lograr un matrimonio feliz?
Persona 3: Los consejeros y aquellos que han estudiado el problema del divorcio, han concluido que pocos divorcios son inevitables. La mayoría de las separaciones podrían ser evitadas si el esposo y la esposa  hubieran estado dispuestos a enfrentarse con madurez a los problemas y buscar sus soluciones. Pero muchas
personas no tienen los recursos necesarios para vivir en un ambiente con dificultades mientras buscan la solución. Aun para las parejas cristianas, tratar de resolver dificultades matrimoniales puede ser un proceso largo, que requiera de la ayuda experta de un ministro o de algún consejero matrimonial.
Nuestra fe en Dios es importante, no sólo como un fundamento sobre el cual construir el ajuste necesario para resolver los problemas matrimoniales, sino también como un recurso diario de vitalidad que hace posible la vida juntos. Algunas veces surge un problema continuo que sencillamente no se puede resolver, y, en tales casos, la pareja cristiana madura hallará la gracia de Dios suficiente para que, en su fortaleza, para salir de las dificultades, puedan construir un hogar cristiano.

Conclusión

(Hecha por el coordinador)  ¿Estoy adquiriendo la madurez a través de los años vividos? Esta es una pregunta de importancia para los que están considerando la posibilidad de contraer matrimonio y también para los que están casados, pero que están tratando de construir un hogar verdaderamente cristiano. Debe
ser contestada sinceramente tanto en lo tocante a uno mismo como en lo tocar a la persona amada. El matrimonio tiende a disolverse a causa de la inmadurez emocional. Casarse con una persona que es inmadura es jugar peligrosamente con la experiencia humana más significativa de la vida. Pero no se necesita permanecer inmaduro. La madurez emocional está al alcance de todos. El factor que más contribuye
a madurez es la unión vital con Cristo Jesús como Salvador y Señor Cuando esto es seguido por el crecimiento mediante la oración, adoración y el servicio fiel, el resultado será la madurez y un
matrimonio estable y feliz. A medida que una pareja cristiana busca la adquisición de madurez para el matrimonio, sus integrantes deben enfrentar francamente sus problemas, individualmente y juntos. Con la ayuda de Dios, la mayoría de sus problemas pueden y deben ser resueltos. Ayudará materialmente el hecho de que los integrantes de  la  pareja  no  traten  de  reformarse  el  uno  al  otro  y  que  se acepten  como  son.  Cuando  la  esposa  o  el  esposo  tengan  un problema específico en el cual hay una necesidad obvia de separarse de los padres, cambiar la manera de gastar el dinero, entonces se debe trabajar, concienzudamente en estas necesidades reconocidas hasta alcanzar el éxito. Cada compañero en el  matrimonio debe aceptar la responsabilidad de caminar hacia la madurez porque, en realidad,
el matrimonio es para los que adquieren la madurez.

Via | Iasd Central Cabimas

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