Confesiones Católicas y Protestantes sobre el Domingo

Confesiones Católicas y Protestantes sobre el DomingoLa vasta mayoría de las iglesias cristianas en la actualidad enseñan la observancia del domingo, el primer día de la semana, como un día para el descanso y la adoración. Aun así, es generalmente conocido, y libremente admitido, que los cristianos primitivos observaban el séptimo día como día de reposo. ¿Cómo es que sucedió este cambio?La historia revela que pasaron décadas, después de la muerte de los apóstoles, que un sistema político-religioso repudió el sábado de la Escritura e instauró la observancia del primer día de la semana. Las siguientes citas, todas de fuentes católico romanas, reconocen libremente que no hay autoridad bíblica para la observancia del domingo, que fue la Iglesia Romana la que cambió el sábado al primer día de la semana. En la segunda parte de este artículo hay citas de protestantes. Sin duda, estos pastores, eruditos y escritores guardaron el domingo, pero todos admiten con franqueza que no hay autoridad para el descanso sabático en el primer día de la semana.

CONFESIONES CATÓLICO ROMANAS

Cardenal James Gibbons, The Faith of Our Fathers, (La fe de nuestros padres), edición 88, pág. 89:

«Podrás leer la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y no encontrarás ni una sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras mandan la observancia religiosa del sábado, el día que nosotros nunca santificamos».

Stephen Keenan, A Doctrinal Catechism (El catecismo doctrinal) , 3a ed., pág. 174:

«Pregunta: Tiene usted alguna otra forma de demostrar que la Iglesia tiene poder para instituir festividades de precepto?

«Respuesta: Si ésta no tuviera tal poder, no podría haber hecho aquello en lo que los religiosos modernos están de acuerdo con ella — ella no podría haber cambiado la observancia del domingo, el primer día de la semana, por la observancia del sábado, el séptimo día; un cambio para el cual no hay autoridad de la Escritura».

John Laux, A Course in Religion for Catholic High Schools and Academie (Un curso en la religión para las escuelas secundarias y academias) (1936), vol. 1. pág. 51:

«Algunos teólogos han mantenido que Dios, inclusive directamente, determinó el domingo como el día de adoración en la Nueva Ley, que El mismo ha sustituido explícitamente el sábado por el domingo. Pero esta teoría ha sido abandonada completamente. Ahora es la creencia que Dios sencillamente dio a su IgIesia la autoridad para apartar cualquier día o días que ella crea apropiados como días sagrados. La Iglesia escogió el domingo, el primer día de la semana, y en el transcurso del tiempo añadió otros días como días sagrados».

Daniel Ferres, ed., Manual of Christian Doctrine (Manual de doctrina cristiana)(1916), pág. 67:

«Pregunta: ¿Cómo se puede comprobar que la Iglesia tiene la autoridad para imponer fiestas y días festivos?»

Respuesta: A través del mismo acto de cambiar el sábado al domingo, lo cual aceptan los protestantes; y, por lo tanto, éstos indulgentemente se contradicen al observar el domingo estrictamente y romper con otras fiestas ordenadas por la misma Iglesia».

Cardenal James Gibbons, arzobispo de Baltimore (1877-1921), en carta firmada:

«¿Es el sábado, el séptimo día de acuerdo con la Biblia y los Diez Mandamientos? Yo contesto, sí . ¿Es el domingo el primer día de la semana, y cambió la Iglesia el séptimo día — el sábado — por el domingo, el primer día? Yo contesto, sí . ¿Cambió Cristo el día? Yo contesto, no !
«Fielmente suyo, Card. J. Gibbons».

The Catholic Mirror (El espejo católico), publicación oficial del cardenal James Gibbons, 23 de sept. de 1893:

«La Iglesia Católica … por virtud de su misión divina, cambió el día de sábado a domingo.»

Catholic Virginian (Virginiano católico), 3 de oct. de 1947, pág. 9, art. «To Tell You the Truth» («Para decirle la verdad»):

«Por ejemplo, en ninguna parte de la Biblia encontramos que Cristo o los apóstoles ordenaran que el sábado fuera cambiado al domingo. Nosotros tenemos el mandamiento de Dios, dado a Moisés, de guardar santo el día sábado, esto es, el séptimo día de la semana. Hoy muchos cristianos guardan el domingo porque nos ha sido revelado por la Iglesia [Católico Romana], fuera de la Biblia».

Pedro Geiermann, C.S.S.R., The Converts Catechism of Catholic Doctrine (Catecismo de doctrina católica de los conversos) (1957), pág. 50.

«Pregunta:
¿Cuál es el día de reposo?

«Respuesta:
El sábado.

«Pregunta:
¿Por qué nosotros observamos el domingo en lugar del sábado?

«Respuesta:
Nosotros observamos el domingo en lugar del sábado porque la Iglesia Católica transfirió la solemnidad del sábado al domingo».

Martin J. Scott, Things Catholics Are Asked About (Cosas que se les pregunta a los católicos) (1927), pág. 136:

«En ninguna parte de la Biblia se declara que la adoración se deba cambiar del sábado al domingo … Ahora, la Iglesia … instituyó, por la autoridad de Dios, el domingo como el día de adoración. Esta misma Iglesia, por la misma autoridad divina, enseñó la doctrina del purgatorio mucho antes que la Biblia fuera hecha. Tenemos, por lo tanto, la misma autoridad en cuanto al purgatorio que tenemos en cuanto al domingo».

Peter R. Kraemer, Catholic Church Extension Society (Sociedad Anexa de la Iglesia Católica) (1975). Chicago, Illinois, EE.UU.:

«En cuanto al cambio de la observancia del sábado judaico al domingo cristiano, quisiera llamar la atención a los hechos:

«1) Que los protestantes, quienes aceptan la Biblia como su única regla de fe y religión, deben por todos los medios regresar a la observancia del sábado. El hecho de que no lo hacen, pero, por el contrario, observan el domingo, los pone en rídiculo a los ojos de todo hombre pensante.

«2) Nosotros, los católicos, no aceptamos la Biblia como la única regla de fe. Además de la Biblia tenemos la Iglesia viva, la autoridad de la Iglesia, como una regla para guiarnos. Declaramos que esta Iglesia, instituida por Cristo para enseñar y guiar al hombre por la vida, tiene el derecho a cambiar las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento, y, por lo tanto, nosotros aceptamos su cambio del sábado al domingo. Declaramos con franqueza que la Iglesia realizó este cambio, hizo esta ley, al igual que ha hecho muchas otras leyes — por ejemplo, el viernes de abstinencia, el celibato sacerdotal, las leyes que tienen que ver con los matrimonios mixtos, reglamentación de los matrimonios católicos y mil leyes más.

«Siempre causa algo de risa ver a las iglesias protestantes, en el púlpito y a través de legislación, exigir la observancia del domingo, de la cual no hay nada en su Biblia«.

T. Enright, C. S. S. R., en una disertación, Hartford, Kansas, EE.UU., 18 de feb. de 1884:

«Repetidamente he ofrecido $1,000 [dólares] a cualquiera que me pueda comprobar, sólo con la Biblia, que estoy obligado a guardar santo el domingo. No hay tal ley en la Biblia. Es una ley solamente de la Iglesia Católica. La Biblia dice, ‘Acuérdate del día sábado para santificarlo’. La Iglesia Católica dice, ‘No. Por mi poder divino yo anulo el día sábado y mando a santificar el primer día de la semana.’ Y, ¡he aquí! El mundo entero civilizado se arrodilla en reverente obediencia al mandato de la Santa Iglesia Católica».

CONFESIONES PROTESTANTES

Los teólogos y predicadores protestantes de una ancha gama denominacional han sido bastante cándidos en admitir que no hay autoridad bíblica para observar el domingo como el día de reposo.

Anglicana/Episcopal

Isaac Williams, Plain Sermons on the Catechism (Sermones sencillos del catecismo) , vol. I págs. 334, 336:

«Y, ¿dónde se nos dice en las Escrituras que debemos guardar el primer día? Se nos ordena guardar el séptimo, pero en ninguna parte se nos ordena guardar el primer día … La razón por la cual santificamos el primer día de la semana, en lugar del séptimo, es la misma por la cual observamos muchas otras cosas, no porque la Biblia sino la iglesia las ha prescrito».

Canon Eyton, The Ten Commandments (Los Diez Mandamientos) , págs. 52, 63, 65:

«No hay palabra ni indicación alguna en el Nuevo Testamento en cuanto a abstenerse de trabajar en domingo … En cuanto al descanso dominical, no hay ley divina … La observancia del miércoles de ceniza o cuaresma se fundamenta en la misma base que la observancia del domingo».

Obispo Seymour, Why We Keep Sunday (Por qué guardamos el domingo):

«Nosotros hemos hecho el cambio del séptimo al primer día, del sábado al domingo, por la autoridad de la Santa Iglesia Católica».

Bautista

Dr. Edward T. Hiscox, en un documento leído ante una conferencia de ministros en Nueva York el 13 de nov. de 1893, reportado en el New York Examiner, del 16 de nov. de 1893:

«Hubo y todavía hay un mandamiento para santificar el día sábado, pero ese día sábado no era el domingo. Se dirá sin embargo, y con cierta muestra de triunfo, que el día de reposo [el sábado] fue transferido del séptimo al primer día de la semana … ¿Dónde se puede encontrar el registro de esa transacción? En absoluto no existe en el Nuevo Testamento.

«A mí me parece inexplicable que Jesús, durante tres años de trato con sus discípulos, hablando frecuentemente con ellos en cuanto al asunto del sábado … nunca hizo alusión a ninguna transferencia del día; tampoco fue insinuada tal cuestión durante cuarenta días de vida después de su resurrección.

«Por supuesto, yo sé muy bien que el domingo vino a ser usado temprano en la historia cristiana … pero, qué pesar que viene marcado con el estigma del paganismo, y bautizado con el nombre del dios sol, adoptado y sancionado por la apostasía papal, y dejado como un legado sagrado al protestantisimo».

William Owen Carver, The Lord’s Day in Our Day (El día del Señor en nuestro día) , pág. 49:

«Nunca hubo un cambio formal o autoritativo del séptimo día judío sabático al primer día de observancia cristiano».

Congregacionalistas

Dr. R. W. Dale, The Ten Commandinents (Los Diez Mandamientos) (New York. Eaton & Mains), págs. 127-129:

«… es muy claro que, no importa cuan rígida o devotamente nosotros pasemos el domingo, no estamos guardando el sábado … El sábado fue fundado sobre un mandamiento específico divino. Nosotros no podemos abogar por tal mandamiento para la obligación de observar el domingo … No hay ni una sola oración en el Nuevo Testamento para sugerir que incurramos en alguna penalidad por violar la supuesta santidad del domingo».

Timothy Dwight, Theology: Explained and Defended (Teología: explicada y defendida) (1823), Ser. 107, vol. 3, pág. 258.

«… el sábado cristiano [domingo] no está en las Escrituras, y no fue Ilamado sábado por la Iglesia primitiva.»

Discípulos de Cristo

Alexander Campbell, The Christian Baptist (El cristiano bautista) , 2 de feb. de 1824, vol. 1. Núm. 7, pág. 164:

«Pero, dicen algunos, ‘fue cambiado del séptimo al primer día’. ¿Dónde? ¿Cuándo y por quién? Nadie lo puede decir. No, nunca fue cambiado, ni podía ser cambiado, a menos que la creación volviera a ser. ¡Pues, la razón por el cambio tendría que ser cambiada antes que la observancia (o el respeto dado a la razón por el cambio) pudiera ser cambiada! Se trata de fábulas de viejas hablar del cambio del sábado del séptimo al primer día. Si fue cambiado, fue aquel personaje solemne que lo cambió — el mismo que Intenta cambiar las festividades y la ley ex officio — Creo que se llama Doctor Anticristo «.

First Day Observance (La observancia del primer día) , págs. 17, 19:

«Al primer día de la semana comúnmente se le llama ‘sábado’. Esto es un error. El sábado de la Biblia era el día que justamente antecedía al primer día de la semana. Al primer día de la semana nunca se le ha llamado ‘sábado’ en ninguna parte de las Escrituras. También es un error hablar del cambio del reposo bíblico del sábado al domingo. No hay en ningún lugar en la Biblia insinuación alguna de tal cambio».

Luterana

The Sunday Problem (El problema del domingo) , un libro de estudio de la Iglesia Unida Luterana (1923), pág. 36:

«Hemos visto, gradualmente, como se desvanece la impresión del sábado judío de la mente de la Iglesia cristiana, y cuan completamente el nuevo pensamiento, que es la base de la observancia del primer día, tomó posesión de la Iglesia. Hemos visto que los cristianos de los primeros tres siglos nunca confundieron el uno con el otro, pero durante algún tiempo celebraron ambos».

Augsburg Confession of Faith (La confesión de fe de Augsburgo) , art. 28; escrito por Melanchthon, aprobado por Martín Lutero, 1530; como fue publicado en el Libro de convenio de la Iglesia Evangélica Luterana , Henry Jacobs, ed. (1911), pág. 63:

«Ellos [católicos romanos] se refieren al día sábado como día que fue transformado al día del Señor, contrario al Decálogo, como tal aparece. Tampoco hay ningún ejemplo al cual le den tanta importancia como al cambio del día sábado. iSegún dicen, grande es el poder de la Iglesia puesto que ha hecho caso omiso de uno de los Diez Mandamientos!»

Dr. Augustus Neander, The History of the Christian Religion and Church (La historia de la religión e iglesia cristianas) , Henry John Rose, tr. (1843), pág. 186:«El festival del domingo,

como todos los demás festivales, fue siempre solamente una ordenanza humana, y estuvo lejos de las intensiones de los apóstoles establecer un mandamiento divino al respecto — lejos de la mismas y de la Iglesia apostólica primitiva — el transferir las leyes del sábado al domingo».

John Theodore Mueller, Sabbath or Sunday (Sábado o domingo) , págs. 15-16:

«Pero ellos yerran enseñando que el domingo ha tomado el lugar del sábado del Antiguo Testamento y; por lo tanto, debe ser guardado como el séptimo día tuvo que observado por los hijos de Israel … Estas iglesias yerran en su enseñanza, porque la Escritura de ninguna manera ordenó el primer día de la semana en lugar del sábado. Sencillamente, no hay ninguna ley en el Nuevo Testamento a tal efecto».

Metodista

Harris Franklin Rall, Christian Advocate (Defensor cristiano) , 2 de julio de 1942, pág. 26:

«Considere el asunto del domingo. Hay indicaciones en el Nuevo Testamento de cómo la iglesia vino a guardar el primer día de la semana como su día de adoración, pero no hay ningún pasaje en el que se les mande a los cristianos que guarden ese día, o que transfieran el sábado judío a ese día».

John Wesley, The Works of the Rev. John Wesley, A.M. (Las obras del Rev. John Wesley, A.M.) , John y Emory, ed. (New York: Eaton & Mains), Sermón 25, vol. 1. pág. 221:

«Pero, la ley moral, encerrada en los Diez Mandamientos y reforzada por los profetas, El [Cristo] no la anuló. Su venida no tuvo por propósito revocar ninguna parte de la misma. Esta es una ley que nunca puede ser abrogada … Cada parte de esta ley tiene que permanecer en vigor sobre toda la humanidad, por todas las edades, sin depender de tiempo o lugar, o cualesquier otras circunstancias propensas al cambio, sino de la naturaleza de Dios y la naturaleza del hombre, y su incambiable relación mutua».

Dwight L. Moody

D. L. Moody, Weighed and Wanting (Pesado y hallado falto) (Fleming H. Revell Co: New York), págs. 47-48:

«El sábado era obligatorio en el Edén, y ha estado en vigencia desde entonces. Este cuarto mandamiento empieza con la palabra ‘acuérdate’, lo que demuestra que el sábado ya existía cuando Dios escribió la Ley en las tablas de piedra en el Sinaí. ¿Cómo pueden los hombres pretender que sólo este mandamiento ha sido anulado, cuando todavía admiten que los otros nueve todavía siguen vigentes?»

Presbiteriana

T.C. Blake, D.D., Theology Condensed (Teología condensada) págs. 474-475:

«El sábado es parte del decálogo — Los Diez Mandamientos. Esto de sí solo resuelve la cuestión de la perpetuidad de la institución… Por lo tanto, hasta que se pueda demostrar que toda la ley moral ha sido abolida, el sábado permanecerá. La enseñanza de Cristo confirma la perpetuidad del sábado».

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