¿En Wall Street Confiamos? – Doug Batchelor

En una apertura sin precedentes, el Dow Jones Industrial Average cayó 1.000 puntos el 24 de agosto de 2015. El pánico bursátil debería recordarnos la volatilidad de las riquezas mundanas y lo que la Biblia dice acerca apoyarse en el dinero para la seguridad.

Dentro de los 10 minutos de la apertura el lunes, el Dow Jones parecía saltar de un acantilado, se hundió más de 1.000 puntos. Fue la pérdida de puntos más grande durante un solo día de la negociación desde el Crash Económico en 2010. Los temores globales sobre la desaceleración económica de China están impulsando en todo el mundo una sacudida en los mercados financieros internacionales.

¿En Wall Street Confiamos? - Doug Batchelor

Otro signo preocupante que analistas económicos están viendo incluyen la caída continua de los precios del petróleo y la deslizamiento del rendimiento del Tesoro en 10 años, ahora por debajo del 2 por ciento. Wall Street cree que la Reserva Federal tenga que retrasar su esperada subida de tasa de interés prevista para el próximo mes. Puede venir a finales de año o incluso en 2016.

Aunque el Dow arañó un retraso durante todo el día, se volvió loco. Es un serio recordatorio de la rapidez con los blue-chips pueden retirarse de las máximos raídas del mercado alcista. Todavía hay un montón de ansiedad de mercado con agudos recordatorios de la crisis financiera global de 2008. Muchos economistas marcan ese evento como la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de la década de 1930.

Necesitamos la sabiduría de Salomón durante estos períodos de montaña rusa en la economía. En una forma apropiada, él escribió una vez: «El que confía en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas.» (Proverbios 11:28). En la misma línea, Pablo escribió a Timoteo: «A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.» (1 Timoteo 6 : 17).

Confiar en las riquezas del mundo es confiar en lo que es incierto. No podemos depender de nuestra riqueza para estar siempre listos para llevarnos a través de tiempos difíciles. Jesús nos advirtió: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;» (Mateo 06:19).

No está mal invertir sabiamente su dinero, siempre y cuando te acuerdes de que todas las cosas pertenecen a Dios. Jesús dijo que debemos ser «ricos para con Dios» (Lucas 12,21) y que debemos «hacer tesoros en el cielo» (Mateo 06:20).

Así pues, no ponga toda su confianza en Wall Street. En su lugar, escuche el consejo de un hombre sabio que dijo: «¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.»(Proverbios 23: 5). A veces el dinero se va volando. A veces se sumerge en un abismo oscuro. No te aferres a él con demasiada fuerza e ir con el.

Fuente: AmazingFacts

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