El Uso Apropiado e Inapropiado de los Diezmos

Uso Apropiado de los Diezmos

De acuerdo con Elena de White, los recursos del diezmo se pueden utilizar debidamente para el sustento de las siguientes categorías de obreros o proyectos:

1 . Ministros del Evangelio

«Que cada uno examine periódicamente sus entradas, las que constituyen una bendición de Dios, y aparte el diezmo para que sea del Señor en forma sagrada. Este fondo en ningún caso debería dedicarse a otro uso; debe dedicarse únicamente para el sostén del ministerio evangélico. Después de apartar el diezmo hay que separar los donativos y las ofrendas, “según haya prosperado” Dios.»- R&H 9 de mayo de 1893 CM, 50.

«El diezmo debe ser usado para una sola finalidad – sostener a los ministros a quienes el Señor ha designado para hacer su obra. El debe ser usado para sostener a los que profieren las palabras de vida para las personas y tienen sobre sí el encargo del rebaño de Dios. … Cuando un hombre ingresa en el ministerio, él debe ser pagado con el diezmo y recibir lo suficiente para sostener a su familia. No debe sentirse como si fuera un mendigo. «- Ms 82, 1904.

2. Los instructores bíblicos 

«El diezmo debiera ir para los que trabajan en palabra y doctrina, sean éstos hombres o mujeres.» – Ev, 492.

«Hay esposas de ministros, como las hermanas Starr, Haskell, Wilson y Robinson, que han sido obreras dedicadas y fervientes. Han dado estudios bíblicos y han orado con las familias, y han sido tan exitosas en su trabajo personal como sus esposos. Estas mujeres dedican todo su tiempo, y sin embargo se les ha dicho que no recibirán nada porque sus esposos ya reciben un sueldo. Les he dicho que sigan adelante, que estas decisiones han de ser revisadas. La Palabra dice: “El obrero es digno de su salario”. Lucas 10:7. Cuando se tomen tales decisiones, voy a protestar en el nombre del Señor. Y voy a considerar mi deber crear un fondo con el dinero de mi diezmo para pagar a estas mujeres que están cumpliendo una labor tan esencial como la de los ministros. Este diezmo será utilizado para la misma línea de trabajo que realizan los pastores: pescar y cazar almas.»- Carta 137, 1898; Hijas de Dios, pag. 110

3. Los maestros de la Biblia

«Algunas mujeres están ahora enseñando a las jóvenes a trabajar con éxito haciendo visitas y dando estudios bíblicos. … ¿No debería ese trabajo ser considerado tan harto en resultados como la obra de los pastores ordenados? ¿No debería esto determinar el pago de las personas que trabajan? ¿Estas obreras no serían defraudadas si no fuesen pagadas?…

«En muchos sentidos una mujer puede impartir a sus hermanos un conocimiento que los hombres no pueden darles. La causa sufriría una gran pérdida sin esa clase de trabajo realizada por las mujeres. Una vez tras otra el Señor me ha mostrado que las maestras son tan necesarias como los hombres para la obra que Dios les ha asignado. «- Ms 43a, 1898; Hijas de Dios, pag. 110

«Debe emplearse el mejor talento ministerial para conducir y dirigir la enseñanza de la Biblia en nuestras escuelas. Los que son elegidos para esta obra necesitan ser cabales estudiantes de ella; deben ser hombres que tengan una profunda experiencia cristiana; y su salario debe pagarse del diezmo.»- Consejos para los Maestros, p. 417

«Ha sido dada clara luz en cuanto a que aquellos que ministran en nuestras escuelas enseñando la Palabra de Dios, explicando las Escrituras, educando a los alumnos en las cosas de Dios, deben ser sostenidos con el diezmo. Hace mucho que fue dada esta instrucción y recientemente ha sido repetida vez tras vez.»- —Joyas de los Testimonios 2:473

El 4 de diciembre de 1904, W.C. White escribió para William Covert, presidente de la Asociación Wisconsin:

«En la resolución de este problema en las escuelas con las que Mamá estaba estrechamente ligada, el diezmo sólo era usado para el pastor ligado a la escuela, que tenía la principal responsabilidad por la enseñanza de la Biblia y cuyo trabajo especial era la preparación de jóvenes para la obra evangélica. »

4. Los campos misioneros necesitados, tanto en Estados Unidos como en el extranjero

«En algunas de las mayores asociaciones, el diezmo puede ser más que suficiente para sostener a los obreros que ahora están en el campo. Esto, sin embargo, no sanciona su uso para algún otro propósito. Si las asociaciones estuvieran haciendo la obra que Dios desea que ellas hagan, habría mucho más obreros en el campo, y la necesidad de recursos aumentaría grandemente. Hay misiones a ser mantenidas en campos donde no hay iglesias ni diezmos, y también donde los creyentes son nuevos y el diezmo es limitado. Si tenéis recursos que no sean necesarios después de acertar las cuentas con vuestros ministros de manera liberal, envíen el dinero del Señor a esos lugares desprovistos. «- Ms 139, 1898; 1MR, 182, 184.

«Necesitamos comprender cada vez más que los recursos que llegan a la asociación, en los diezmos y dádivas de nuestro pueblo, deben ser usados ​​para el sustento de la obra no sólo en las ciudades americanas, sino también en los campos extranjeros. Que los medios tan celosamente recaudados sean distribuidos altruistamente. Los que comprenden las necesidades de los campos misioneros no serán tentados a usar el diezmo para lo que no es necesario. «- Ms 11, 1908; 1MR, 192.

5. Directores del Departamento de Publicaciones

William C. White escribió para W.S. Lowry el 10 de mayo de 1912:

«En años pasados, en muchas asociaciones se ha levantado la pregunta sobre si era legal y apropiado pagar a los directores de publicaciones del diezmo. Este asunto ha sido discutido en los concilios de la unión y Asociación General y nuestros hermanos creen que es correcto sostener a los directores de publicaciones con el diezmo, ya que los libros son predicadores muy efectivos. Siempre que este asunto fue traído a mamá, ella dio su aprobación al plan generalmente adoptado por nuestro pueblo.”

6. Médicos Misioneros (Pastores Médicos)

«Algunos que no ven la ventaja de educar a nuestros jóvenes para ser médicos de la mente y del cuerpo, dicen que el diezmo no debe ser usado para sostener a los médicos misioneros, quienes consagran su tiempo a curar los enfermos. En respuesta a declaraciones como ésta, se me ha ordenado decir que la mente no debe ser tan estrecha que no pueda comprender la realidad de la situación. Un ministro del evangelio, que es también un médico misionero puede curar las dolencias físicas, es un obrero mucho más eficiente que uno que no puede hacerlo. Su trabajo como ministro del evangelio es mucho más completo.»- El Ministerio Médico , pág. 324.

7. Beneficios de jubilación para pastores y sus familias

«Muchos obreros han ido a la tumba transidos de dolor, porque al llegar a la vejez, se dan cuenta que eran vistos como una carga. Pero si hubieran sido retenidos en el trabajo, y dado un lugar más fácil con un salario completo o parcial, hubieran realizado mucho bien. Durante el tiempo que trabajaron, estos hombres hicieron el doble del trabajo. Ellos sentían una carga por las almas tan pesada, que no sintieron deseos de ser relevados de su excesivo trabajo. La pesada carga que llevaron acortó sus vidas. Las viudas de estos ministros nunca deben ser olvidadas, sino que, si fuera necesario, deberían recibir un salario de los diezmos». Ms 82, 1904; 1MR, 189.

El 24 de febrero de 1911, E.R. Palmer escribió a la Sra. Ellen White, acerca del nuevo plan de jubilación que habían adoptado: «Cada una de nuestras asociaciones contribuirá al fondo de jubilación con el 5% de sus diezmos»

La Sra. White le respondió:

«Me dio mucho gusto recibir su carta, como uno que ha sido nombrado para desempeñar un parte en la distribución del Fondo de Jubilación… Es correcto que se tracen planes seguros para sostener a nuestros obreros que han sufrido por causa de haber trabajado en exceso.» – Carta 10, 1911; MR, 193.

8. Salario parcial Para Algunos colportores evangelistas

De acuerdo a W.C. White, a algunos Colportores se les fijó un sueldo parcial en Australia mientras la hermana White estaba allá. El 11 de junio de 1902, él hijo de la profeta escribió al director de publicaciones de la Asociación de Unión del Lago:

“Yo no veo ninguna luz en hacer tal movimiento para colocar Colportores en la nómina y quedarse con sus comisiones. He estudiado la proposición muchas veces, y no veo nada en ello, excepto ruina financiera para la asociación, y desmoralización para los Colportores.

Hay muchos lugares, sin embargo, donde nuestros Colportores deberían estar, pero que resultan demasiado difíciles para trabajar, y yo creo que sería de gran beneficio para nuestra obra si esos fieles hombres y mujeres fueran seleccionados para ir a nuestras ciudades y otros campos especialmente difíciles con la promesa de 2 ó 3 dólares por semana para ayudarles en sus gastos durante el tiempo, cuando sus comisiones no les dan completo sostenimiento. He visto seguir este plan con excelentes resultados, y creo en él de todo corazón.

En las colonias australianas no pudimos sostener obreros bíblicos en el plan antiguo; pero reunimos a tantos Colportores como pudimos conseguir, para que vendieran en las grandes ciudades, «Ecos de la Biblia», el «Periódico de la Salud», y otros libros pequeños. Les pagamos dos ó dos y medio dólares a la semana a cada uno, de los diezmos de la Asociación para ayudarles con sus gastos. Creo que es necesario seguir un plan similar a este en muchos lugares difíciles.” (W.C. White a J. B. Blosser, 11 de junio de 1902).

Aunque no tenemos una declaración directa de la Hna. White respaldando tal uso del diezmo, parece razonable deducir que ella estuvo de acuerdo con este plan, ya que el plan entró en vigor en Australia mientras ella trabajaba allí. El hecho de que su hijo, W.C. White, defendió el plan, también parece indicar que Ellen White lo aprobó. El pastor White siempre trabajó muy de cerca con su madre.

Usos del diezmo en situaciones inusuales

1. Casas de culto en casos excepcionales.

«Hay casos excepcionales, donde la pobreza es tan extrema, que para asegurar el más humilde lugar de culto, es necesario utilizar los diezmos. Pero ese lugar no es Battle Creek u Okland». Ms 24, 1987; MR, vol. 1, p. 191.

«Todos aquí (en Petoskey, Michigan.) son pobres, apenas capaces de sostenerse a sí mismos. La petición que tengo para la Asociación es que compren este pequeño lugar para reuniones. Queremos que todos consientan en esto y que la Asociación sea la propietaria hasta que la Iglesia aumente sus ingresos y pueda comprarla». Carta 96, 1980 a O.A. Olsen, Presidente de la Asociación General.

2. Los secretarios y tesoreros de las iglesias grandes

C.F. McVagh, presidente de la Unión del Sur escribió a W.C. White el 24 de octubre de 1912.

«Los hermanos Nicola, Hart y otros de los hermanos de más edad, dijeron que recuerdan claramente que años atrás, la hermana White dijo que el tesorero y el secretario de la iglesia de Battle Creek deberían ser pagados de los diezmos. Me parece que la iglesia de Battle Creek pagó a su secretario y tesorero de los diezmos y entonces enviaron el saldo a la Asociación.”

En respuesta a la carta del pastor McVagh, W.C. White dijo que él recordaba lo mismo que Nicola yHart:

“Mi recuerdo de este asunto está en completa armonía con las declaraciones de los hermanos Nicola, Hart y otros. En tiempos pasados, cuando la iglesia de Battle Creek estaba creciendo, se vio que a menos que el trabajo de recolectar los diezmos se llevara a cabo sistemáticamente, la cantidad recibida sería mucho menos. También nos dimos cuenta que el trabajo que eso representaba, era más de lo que se podía esperar de dos o tres diáconos. Por lo tanto la junta de iglesia consideró adecuado para el beneficio de los pagadores del diezmo y para los mejores intereses de la asociación, emplear a un buen recolector y pagarle una cantidad razonable por el tiempo que empleara.

Este plan, y las razones para hacerlo, se trajeron ante papá y mamá, y recibió su sincera aprobación. No puedo decir cuándo, ni en qué lugar, ni tampoco repetir sus palabras, pero estoy seguro de que mamá dio su sincera aprobación a este plan, y me parece que la sabiduría de este plan puede ser claramente discernida desde el punto de vista comercial, y que debe ser mantenido aun cuando no encontremos un testimonio escrito acerca de este asunto.

En años pasados no se hizo ningún esfuerzo en ocultar a las otras iglesias el hecho de que en Battle Creek se manejó este asunto de esta manera. Nuestros hermanos reconocieron ampliamente que deben seguirse métodos diferentes en iglesias que tengan diferentes circunstancias. Me alegro poder decirles que la iglesia Sanatorio Santa Elena, emplea a un fiel recolector de diezmos y paga por ese trabajo realizado de los mismos diezmos. Si este plan fuera discontinuado, creo que la Asociación perdería de 5 a 10 veces más de lo que se paga al recolector. Pero no creemos que en nuestra iglesia pequeña se necesite seguir este plan o que ellos estén confusos porque este plan haya sido empleado en nuestras iglesias grandes». (W.C. White carta a C.V. McVagh, 31 de octubre de 1912).

3. El trabajo de médico misionero pero en una escala muy limitada

El 4 de mayo de 1898, la junta de la Asociación General autorizó una fracción del diezmo para enviarla al Dr. Kellogg con fines misioneros. Respecto a este fondo especial, el Dr. John Harvey Kellogg escribió a Elena G. de White el 17 de marzo de 1901:

«Los diezmos pagados por nuestros empleados del Sanatorio son todos entregados a la tesorería de la Asociación, al igual que los demás diezmos. Pero a nuestra solicitud, y con su aprobación una suma igual es separada para ser usada en llevar adelante el trabajo misionero relacionado con el sanatorio. Esta es la forma en que este asunto ha sido manejado y nunca he solicitado algo diferente».

Parece que la Sra. White aprobó el uso de fondos del diezmo que el doctor Kellogg hizo para propósitos médico-misioneros, pues tres años antes, ella había escrito a nuestros hermanos dirigentes:

“¿Por qué -les pregunto- no se han hecho esfuerzos especiales para emplear obreros médico misioneros en nuestras iglesias? El Dr. Kellogg tomará algunas medidas que me dan tristeza que él se vea obligado a tomar. Él dice que si no se asignan recursos para llevar el mensaje por medio de los obreros médico misioneros en las iglesias, él separará del diezmo que pagaban los obreros del Sanatorio a la Asociación para sostener el trabajo médico misionero. Ustedes debieran llegar a un entendimiento y trabajar armoniosamente. Que él retenga el diezmo que debería entregar a la tesorería sería una medida a la que temo grandemente. Si este dinero del diezmo es pagado por los obreros del Sanatorio a la tesorería, ¿por qué -pregunto- no debería esa cantidad ser asignada para llevar adelante el trabajo médico misionero?” (Carta 51a, 1898).

«Si no se presta ninguna ayuda por los presidentes y pastores de nuestras asociaciones a los que están comprometidos en nuestra obra, el Dr. Kellogg no depositará más el diezmo de los obreros del sanatorio. Ellos lo utilizaran para llevar adelante la obra que está en armonía con la luz de la Palabra de Dios. …

«Cuando el Señor actúa en las iglesias, ordenando que efectúen cierto trabajo, y ellos rechazan efectuarlo, si alguien consiente en dirigirse a las profundidades de la desgracia y miseria humanas, la bendición de Dios estará sobre él.» – Carta 51, 1898 .

D. Uso inapropiado del diezmo

Ellen White también identificó ciertos propósitos para los cuales los diezmos no debían emplearse. Estos incluyen los siguientes:

1. Cuidado de los pobres, enfermos y ancianos

“Debido a ciertas circunstancias algunos llegan a ser pobres. Puede ser que no fueron cuidadosos o que no sabían cómo administrarse. Otros por enfermedades o desgracias, son pobres. Cualquiera sea la razón, están en necesidad, y ayudarles es una ocupación importante de trabajo misionero. Estos desafortunados y necesitados no deberían enviarse lejos de sus hogares para ser atendidos. Es necesario que cada iglesia sienta la responsabilidad de tener especial interés en los débiles y ancianos. Uno o dos de entre ellos podrían ciertamente ser atendidos. Los diezmos no debieran ser usados para este tipo de trabajos.” (Ms 43, 1900; MR 177).

2. La educación de estudiantes necesitados

«El educar a nuestros estudiantes en nuestras escuelas, es una buena idea y tendrá que ser hecha; pero Dios nos libre que en ese lugar de poner en práctica el sacrificio y la abnegación propias para hacer esta obra, sustraigamos la parte del Señor, reservada específicamente para sostener a los ministros en su trabajo activo en el campo misioneros…

«Todas estas cosas deben ser hechas como usted propone ayudar a los estudiantes a obtener una educación, pero yo le pregunto, ¿No debiéramos todos actuar en este asunto generosamente, y crear un fondo, y mantenerlo, a fin de hacer uso de él en esas ocasiones? Cuando usted ve un joven o señorita que son promisorios, adelántele o préstele la cantidad que necesita, con el entendido de que este préstamo no es un regalo. Será mejor tenerlo en estos términos. Entonces cuando es regresado, puede ser usado para educar a otros. Pero este dinero no debe ser tomado de los diezmos, sino de un fondo destinado para ese propósito.» (Carta 40, 1897; MR, vol. 1, p. 193-194).

3. Propósitos de las Escuelas y sostenimiento de los Colportores

«Algunos consideran que el diezmo puede aplicarse a propósitos escolares. Aún otros piensan que los Colportores debieran ser sometidos de los diezmos. Pero se comete un gran error cuando se distrae el diezmo del propósito para el cual debe usarse — el sostenimiento de los ministros… Debe hacerse provisión para estas otras áreas de trabajo. Estos deben ser sostenidos, pero no de los diezmos.” 9T, 248-250 -1909 (véase también página 5, sección 8).

4. Gastos de Iglesia

Se me mostró que no es correcto usar el diezmo para sufragar los gastos de la iglesia… Usted está robando a Dios cada vez que mete sus manos a la tesorería para obtener fondos para hacer frente a los gastos regulares de la iglesia.” (Ms 37, 1896; CS 103).

“Su pueblo hoy tiene que recordar que la Casa de Culto es propiedad del Señor y que debe ser escrupulosamente atendida. Pero los fondos para este propósito no deben venir de los diezmos [sino de las ofrendas voluntarias n.t.].” (9T, 248 – 1909).

5. Edificios de Iglesias o Instituciones

Se construyó una iglesia con capacidad para 1500 personas sentadas en Oakland, California, en 1880. El costo total incluyendo el terreno y los muebles, fue $36,000.00 Una década más tarde las deudas del edificio habían sido reducidas a $12,400.00, pero por varias razones los miembros estaban teniendo gran dificultad para hacer los pagos de la hipoteca. El 1 de febrero de 1877, C.H. Jones escribió a la Sra. White:

«Estamos en una emergencia. Hay un gran peligro, a menos que esta deuda sea cancelada, la iglesia será reconocida como incumplida y privada del derecho de redimir la hipoteca por incumplimiento de pagos…

Bajo estas circunstancias, ¿sería incorrecto, hermana White, que la iglesia de Oakland retuviera por un tiempo, una porción de sus diezmos de manera que pudiera liquidar las deudas, simplemente tomándolo como préstamo para devolverlo a la Asociación tan pronto como sea posible? Si es incorrecto, no queremos hacerlo, pero si es correcto sería un gran alivio para la iglesia.»

Escribiendo en forma general, a mediados de marzo, Ellen White declaró:

«Hay casos excepcionales, donde la pobreza es tan grande que para asegurar el más humilde lugar de culto, puede ser necesario apropiarse de los diezmos. Pero ese lugar no es Battle Creek o Oakland.» (Ms 24, 1897; MR, vol. 1, p. 191).

Después, en una carta a Jones el 27 de mayo, ella contestó más directamente la pregunta cuando afirmó:

«Cada alma que ha sido honrada a ser mayordomo de Dios debe guardar cuidadosamente el diezmo. Estos son fondos sagrados. El Señor no permite que usted tome prestado ese dinero para algún otro trabajo. Esto creará males que Ud. no puede ahora discernir. La iglesia de Oakland no debe meterse en un asunto así; porque hay misiones que deben ser sostenidas en otros campos, donde no hay iglesias, ni diezmos.» (Carta 81, 1897; MR, vol. 1, p. 185).

En 1895-1896 el Sanatorio de Boulder fue edificado a un costo de alrededor de $80,000.00. De esta cantidad, $60,000.00 fueron proporcionados de los fondos de la Asociación General, que son básicamente fondos de diezmos. La Sra. White objetó esta manera de financiar el costo de construcción de la institución. El 19 de junio de 1899 escribió:

«Se me ha hecho la pregunta por medio de una carta: Tiene usted alguna luz respecto al Sanatorio de Boulder… La luz que el Señor me ha dado es que no fue correcto construir ese sanatorio con fondos proporcionados por la Asociación General«. (Carta 93, 1899).

E. Consideraciones y conclusiones

Como hemos sido visto anteriormente, la Sra. White afirmó que los diezmos son consagrados únicamente para sostener a los ministros del Evangelio. Estas expresiones parecen sugerir que los diezmos deben ser reservados exclusivamente para pagar los sueldos de los pastores y evangelistas. No obstante, es evidente que la Hna. White no interpretó sus propios escritos en una manera tan limitada.

Entre los legítimos receptores de los recursos del diezmo incluía a los directores del Departamento de Publicaciones, pastores médicos, a los médicos misioneros del Dr. Kellogg, un tesorero y secretario de iglesia y, evidentemente, colportores evangelistas con designaciones territoriales especialmente difíciles.

La comprensión amplia que tenía la Sra. White con respecto a esta cuestión del diezmo y su uso, se puede percibir observando su buena voluntad para hacer excepciones de las reglas, bajo ciertas circunstancias.

Como se notó arriba, ella estuvo de acuerdo que, en casos de extrema pobreza, los diezmos podrían usarse para construir casas de culto. Ciertamente, esto era un uso excepcional y no regular de los diezmos, pero en realidad, recibió la aprobación de Ellen White.

Por otro lado, la Sra. White mencionó varias causas para las cuales el dinero de los diezmos no debería usarse. Al especificar que los diezmos no debieran usarse para los gastos de iglesia, el cuidado de los necesitados, el sueldo de los Colportores, o proyectos escolares, ella no estaba indicando estas cosas como indignas. Más bien, que si el diezmo iba a ser usado para esos y otros loables programas similares, no quedaría dinero suficiente para sostener luego a los ministros del Evangelio y a los misioneros que predicaban la Palabra de Dios.

El motivo básico para dar máxima prioridad al Ministerio Evangélico en el uso de los diezmos, es que, los pastores, los evangelistas y los administradores de las asociaciones, no tienen otra fuente adecuada de ingresos disponibles para su sostenimiento. Esto es también cierto para otros miembros del personal de las oficinas de la Asociación, como secretarias, contadores, guardias, etc. Los Colportores, maestros, obreros de las instituciones médicas, y empleados de las casas publicadoras, producen entradas con sus trabajos. Eso no sucede con los pastores o con el personal de las oficinas de la Asociación. Por lo tanto, si el diezmo es desviado para otros proyectos, el Ministerio Evangélico sufrirá, y por consecuencia la iglesia entera sufrirá también.

Se podría levantar la pregunta acerca de ¿por qué Ellen White aprobó que la iglesia de Battle Creek pagara a su tesorero de los diezmos cuando él no era un pastor, ni estaba comprometido en trabajo ministerial? La respuesta probablemente se encuentra en el hecho de que su trabajo llevó a una entrada mayor de diezmos para la Asociación, inclusive después de que su salario fue pagado, lo cual no hubiera pasado si no hubiera sido empleado.

También se podrían levantar preguntas acerca de que ¿por qué Ellen White exhortó a las iglesias locales a hacer frente a sus propios gastos operativos (materiales, mantenimiento, etc.) mediante ofrendas voluntarias, mientras que no dio consejo similar acerca de los gastos de las oficinas de la Asociación? En otras palabras, si es correcto pagar con diezmos la cuenta de electricidad de la oficina de la Asociación, ¿por qué no pagar la cuenta de electricidad de la iglesia local de los diezmos también?

La respuesta a esta pregunta, puede ser que, los gastos de las oficinas de la Asociación se producen a fin de sostener un centro para los dirigentes de la Asociación. Y estos gastos forman parte de las funciones ministeriales. Por otro lado, los mismos gastos en una iglesia local, proporcionan un centro de apoyo para los laicos y no están exclusivamente conectados con el trabajo ministerial.

Hay aún otro asunto que es digno de atención. He encontrado, que a través de los años, algunos miembros de iglesia, asignaron y siguen hasta hoy la práctica de asignar el diezmo a proyectos a su propia elección. Ellen White se opuso a este proceder. Ella declaró:

“Que nadie se sienta con la libertad de retener sus diezmos, o usarlos de acuerdo a su propio criterio. Estos fondos no son para ser usados en una emergencia [personal], ni para ser aplicados como ellos creen adecuado, ni siquiera en lo que ellos consideran como la obra del Señor… Si nuestras iglesias desean atender la palabra del Señor y ser fieles en traer sus diezmos a Su tesorería, más obreros serán estimulados a ingresar al trabajo ministerial. Más hombres se consagrarían al ministerio si no se tratara de una tesorería desprovista de fondos.“ (Carta 51a, 1898)

La «tesorería» desde el punto de vista de la Sra. White, era la Asociación General. A Ellen White le daba satisfacción que el Dr. Kellogg estuviera devolviendo los diezmos de los obreros del Sanatorio a la Asociación, y manifestó gran angustia por la posibilidad de que este plan fuera discontinuado. «Que él desviara los diezmos de la tesorería», escribió ella, «sería una necesidad a la que temo grandemente». (Carta 51a, 1898)

En la opinión de la Sra. White, las diferentes Asociaciones deberían llevar la responsabilidad de autorizar el desembolso de los diezmos. Y esto debería hacerse a través de grupos de representantes y dirigentes de la IASD, procedentes de la junta local, de la Unión y de la Asociación General. Una junta de dos o tres personas es demasiado pequeña. La Sra. White objetó enérgicamente contra el «poder absoluto» ejercido por unos pocos hombres quienes controlaban todos los fondos de la Asociación General a través de la década de 1890. En la sesión de la Asociación General en 1901 ella amonestó a los delegados:

No es del agrado de Dios que dos-tres hombres planeen para la Asociación completa, y decidan cómo será usado el dinero del diezmo, como si este fondo fuera de su propiedad.” (GCB, 1901, p. 83).

Si las diferentes Asociaciones iban a decidir cómo usar los fondos de los diezmos, algunos podrían preguntarse, ¿por qué la Sra. White en algunas ocasiones dedicó su diezmo para causas a su propia elección? La respuesta a esta pregunta la da el Hno. Arthur L. White, hijo de Ellen White en el libro, “The Early Elmshaven Years”, pp. 389-397.


La debida consideración del amplio conjunto de comentarios de Elena de White sobre este asunto conduce al siguiente resumen de principios a aplicar en la utilización de los recursos del diezmo:

  • 1. El diezmo es del Señor y debe ser devuelto a la casa del tesoro, la tesorería de la asociación, por medio de la iglesia local de los miembros.
  • 2. Los ministros del evangelio y los instructores bíblicos deben tener la primacía en el diezmo y ser remunerados adecuadamente.
  • 3. La asociación debe compartir el diezmo con la Iglesia mundial.
  • 4. Los miembros de la Iglesia deben dar ofrendas para los gastos operativos de la iglesia local.
  • 5. Algunos aspectos del evangelio, aunque sean importantes, no deben mantenerse con el diezmo, pues disponen de otras fuentes para su mantenimiento.
  • 6. Las excepciones a estos principios sólo pueden efectuarse en casos de extrema pobreza o en circunstancias extraordinariamente inusuales.

Fuente de la información:

Centro White: http://www.centrowhite.org.br/pesquisa/artigos/comentarios-de-ellen-g-white-sobre-o-uso-dos-recursos-do-dizimo/

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- Elena G. White


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