7 razones urgentes para dejar el Chisme

El chisme es un tipo de conversación inadecuada para los cristianos. Generalmente causa discordia y revela una espiritualidad débil. Pero el chisme va mucho mas allá de los problemas con nuestro prójimo, pues a Dios no le agrada una persona chismosa, es mas, es un agravio y una ofensa para Dios mismo. Es por eso que necesitamos ser sumamente cuidados y cautos en nuestras conversaciones.

Wikipedia define así la palabra Chisme: La murmuración es una actividad humana que consiste en hablar de alguien o algo, tan bien como mal, aunque generalmente de forma desfavorable, sin que la persona en cuestión esté presente. Algunos sinónimos de murmuración son habladuría, comadreo, rumor, chisme o cotilleo, siendo este último del ámbito coloquial.

La Biblia y los escritos de Elena White hablan acerca de esta enfermedad mental llamada el chisme, y ellos no lo presenta como algo para la iglesia. Notemos.

El perverso provoca contiendas,y el chismoso divide a los buenos amigos. Proverbios 16:28

La gente chismosa revela los secretos;la gente confiable es discreta. Proverbios 11:13

1. El Espíritu Santo es agraviado

El pecado de la conversación necia es común, entre aquellos que reclaman creer en las verdades más solemnes, jamás dadas a nuestro mundo. Debido a estas conversaciones triviales y frívolas, el Espíritu del Señor es agraviado constantemente. La conversación impropia, es la causa de esa falta de fe y poder entre el pueblo de Dios. – Carta 47, 1897. VEUC 139.1

2. Hay que orar en vez de chismear

Hay algunos, tanto hombres como mujeres, que chismean más de lo que oran. No poseen un claro discernimiento espiritual. Están lejos de Dios. Cuando hablan con los pacientes, su actitud parece decir, infórmeme que yo informaré. MM 279.2

3. Miembros de iglesia chismosos

Me duele decir que hay lenguas indisciplinadas entre los miembros de la iglesia. Hay lenguas falsas que se alimentan de maldad. Hay lenguas astutas y murmuradoras. Hay charla, impertinente entrometimiento, hábiles interrogaciones. Entre los amadores del chisme, algunos son impulsados por la curiosidad, otros por los celos, muchos por el odio contra aquellos por cuyo medio Dios ha hablado para reprenderlos. Todos estos elementos discordantes trabajan. Algunos ocultan sus verdaderos sentimientos, mientras que otros están ávidos de publicar todo lo que saben, o aun sospechan, de malo contra otros. CPI 313.3

4. El chismoso es alguien miserable

La maledicencia es una maldición doble que recae con mayor peso sobre el que la práctica que sobre el que presta oído. El que esparce las semillas de la contienda cosecha los frutos mortíferos dentro de su propia alma. ¡Cuán miserable es el chismoso, el que da lugar a las malas sospechas! Para él, la felicidad es algo ajeno. 5TI 165.

El apóstol Santiago declara que la lengua que se deleita en el agravio, la lengua chismosa que dice: Cuente, que yo también le contaré, es inflamada del infierno.  CPI 313.

5. Un angel esta vigilando cada chisme y cada chismoso

Estos chismosos desconsiderados olvidan que tienen un testigo. El Vigilante, invisible, está escribiendo sus palabras en los libros del cielo. Todas estas críticas duras, estos informes exagerados, estos sentimientos de envidia, expresados bajo la excitación de la taza de té, son registrados por Jesús como si hubieran sido dirigidos contra él mismo. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. {CRA 508.1}

6. Chismear es dar falso testimonio

No hemos de ser charlatanes, o chismosos, o cuenteros; no hemos de dar falso testimonio. Dios nos prohibe ocuparnos en conversaciones frívolas o necias, en hacer chistes o bromas, o en hablar palabras vanas. {1MCP 122.2}

Algunos hablan demasiado. Adoptan la siguiente posición: “cuénteme… y yo lo contaré”. Verdaderamente una posición así es miserable; si todos estos chismosos recordaran que un ángel los sigue, registrando sus palabras, habría entre ellos mucho menos habladuría y mucho más oración. {4TI 43.3}

7. El chisme es una conducta ofensiva para Dios

Esos chismosos están haciendo la obra del diablo con sorprendente fidelidad, dándose poca cuenta de cuán ofensiva es su conducta para Dios. Si emplearan la mitad de la energía y celo que dedican a esa obra impía para examinar su propio corazón, encontrarían tanto para limpiar en sus almas que no tendrían tiempo ni voluntad para criticar a sus hermanos, y no caerían en la tentación. {AFC 185.2}

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Pensamiento de hoy

- Elena G. White


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