El Brexit en la profecía de Daniel 2

El voto para que Gran Bretaña deje la Unión Europea va a tener inmensas ramificaciones que no podemos predecir o anticipar. Algunas sí, pero muchas no.

«Brexit» es la combinación de las palabras inglesas «British» y «exit» y significa «salida británica». El término se utiliza para referirse a la retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE), que tuvo lugar el viernes (31) de enero 2020.

Por el momento es difícil ver estos muchos países diferentes con historias muy diferentes, que incluyen historias de enemistad mutua, es muy difícil ver que tendrán la capacidad de mantenerse unidos.

El origen de la Unión Europea está en la Segunda Guerra Mundial, esta catástrofe extraordinaria… una generación de gente de Europa que dijo: «¡No podemos repetir esto!» Se entendía que, si se quiere preservar la paz, era necesario tener algún tipo de sistema económico que no cause odio o rivalidades.

Muchos no entienden o saben que la religión fue en realidad un ingrediente muy importante en el establecimiento de la Comunidad Económica Europea. Hay aún un elemento religioso en gran parte del debate de la Unión Europea. A comienzos de la década de 2000, el que era presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, publicó un libro. Estaba en italiano, pero la traducción del título sería «Una idea de Europa». Y dijo: «¿Qué puede unir a estos muchos países diferentes? No alcanza que las elites propongan una unión política. Tiene que existir algo cultural». Y dijo: «Lo que todos los europeos tenemos en común, lo que nos puede unir a todos, es la lealtad a la Iglesia«. Pero él era italiano. ¿Qué quiso decir? Quiso decir, la Iglesia Católica Romana.

Intento fracasado para unir a Europa

Esa es la historia de los que tratan transformar a Europa en una potencia, y sin embargo fracasan, una y otra vez. Pensemos en Napoléon: Todo parecía perfecto, pero en una década, cayó. Pensemos en Hitler: fracasó.

¿Dónde encaja Europa en la profecía bíblica? Daniel, capítulo 2: El rey tuvo un sueño– Nabucodonosor tuvo un sueño– y en ese sueño, ve una inmensa estatua, una hermosa estatua. Se usan diferentes metales para indicar diferentes reinos. Comienza con la cabeza, la cabeza de oro, Babilonia, Medopersia, el Imperio Griego, y entonces, finalmente, la fortaleza del Imperio Romano.

Los pies y dedos de barro e hierro mezclados: Europa

Pero hay algo más. Están los dedos de los pies, y los pies, que están hechos de barro e hierro mezclados. Y Daniel, de alguna manera, dice: «No se unirán; algunos son fuertes, otros son débiles». Y esa parece ser la historia de Europa.

Dadas las circunstancias recientes– en Grecia, España, Italia, Chipre… donde los principales países de la EU, los del norte, son vistos como opresores, que se entrometen en los asuntos de otros, y al mismo tiempo tenemos que decir, toda clase de odios étnicos y nacionales que parecían haber desaparecido después de la Segunda Guerra Mundial, y que no se veían en 70 años, están reapareciendo como por arte de magia.

Dadas todas las presiones sobre la Unión Europea, que una de las tres principales economías, principal contribuyente a la defensa común y política exterior, se vaya–esto creará un vacío en el centro mismo.

La profecía no es tan solo algo interesante que estudiamos en libros de historia o clases bíblicas. Podemos obtener las coordenadas, la dirección, el cuadro completo a partir de la profecía. Las Escrituras nos dicen que no habrá otra Europa unida, será débil y fuerte, y es algo que podemos ver.

El capítulo dos de Daniel describe el hecho tan milimétricamente que, su descripción supera el trabajo de cualquier equipo editorial en los mejores periódicos de hoy. La historia del mundo está retratada allí. Cuatro grandes imperios mundiales se levantarían y caerían hasta el establecimiento del reino eterno y universal de Dios. Los reinos de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma dominaron el mundo, uno tras otro. Sin embargo, la profecía señalaba que las naciones que se desarrollarían a partir de la desintegración del imperio romano serían como el hierro y la arcilla: nunca se unirían para formar un nuevo imperio (Dan 2:43).

Hay una roca que destruye todos los reinos

Pero allí no termina la historia. Daniel capítulo 2 no termina con la estatua y los pies de barro e hierro. Hay una roca, pequeña al comienzo, pero esa roca destruye toda la estatua. La pequeña roca que se hace inmensa es Jesucristo. Un nuevo reino, el reino de Dios.

Como dijo James Calvin, «el mundo visible es menos importante de lo que pensamos». De hecho, este mundo está llegando a su fin, y podemos vivir sin él. Simplemente porque hay algo infinitamente mejor. El libro de Apocalipsis habla de un cielo nuevo y una tierra nueva (21: 1-5). Esa visión es la esperanza que garantiza el futuro.

Fuente: Adventist Review

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- Elena G. White


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