Salmos 40:1-10 - (Reina Valera 1909)
Al Músico principal: Salmo de David.
1RESIGNADAMENTE esperé á Jehová,
E inclinóse á mí, y oyó mi clamor.
2E hízome sacar de un lago de miseria, del lodo cenagoso;
Y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3Puso luego en mi boca canción nueva, alabanza á nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y esperarán en Jehová.
4Bienaventurado el hombre que puso á Jehová por su confianza,
Y no mira á los soberbios, ni á los que declinan á la mentira.
5Aumentado has tú, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No te los podremos contar:
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enarrados.
6Sacrificio y presente no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
7Entonces dije: He aquí, vengo;
En el envoltorio del libro está escrito de mí:
8El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado;
Y tu ley está en medio de mis entrañas.
9Anunciado he justicia en grande congregación:
He aquí no detuve mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
10No encubrí tu justicia dentro de mi corazón:
Tu verdad y tu salvación he dicho:
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande concurso.