Recursos devocionales
Algunas personas sufren una disminución del nivel de azúcar en la sangre después de comer, si la insulina se libera con demasiada rapidez y fuerza; pero la hipoglicemia es una afección que suele ser diagnosticada en exceso. Muchos que afirman tener bajos niveles de azúcar jamás pueden certificar con pruebas clínicas que
tienen bajos niveles de azúcar. Existe, sin embargo, una afección reconocida que produce baja presión
después de comer, que se llama hipotensión postprandial. Es posible que eso sea lo que le causa mareos. Al ingerir alimentos, la sangre se dirige al tracto digestivo y el cerebro, los músculos y otros órganos reciben en cambio una menor cantidad de sangre. En algunas personas, los mecanismos de adaptación no son óptimos, y por ello sienten desvanecimiento, mareos o debilidad. En ocasiones, hasta pueden sufrir caídas. Al envejecer, también envejece nuestro sistema vascular y su capacidad de adaptación. A pesar de ello, hay cosas que pueden ayudarlo, tales como:
1. Los ejercicios habituales tonifican el sistema vascular y los músculos, preparándolos para enfrentar los cambios en los requerimientos de los tejidos. Por eso, le recomendamos caminar al menos treinta minutos por día.
2. Beba uno o dos vasos de agua entre quince a treinta minutos antes de comer Esto incrementará el fluido de la sangre y reducirá la tendencia a que le disminuya la presión sanguínea después de las comidas.
3. Reduzca la ingestión de alimentos y coma más pausadamente. Esto lo ayudará a sentirse satisfecho después de quince a veinte minutos, por lo que comerá menos y tendrá más tiempo para digerir los alimentos.
4. Si bien dos comidas al día reducen el estrés metabólico postprandial, algunas personas se benefician cuando ingieren una menor cantidad de alimentos a intervalos menores.
5. Tenga en cuenta el tipo de carbohidratos que ingiere. Los alimentos fabricados con harina y azúcares refinados –los pasteles, el pan blanco, las rosquillas, las bebidas azucaradas, etc.– y aun el arroz blanco y las papas, causan un rápido incremento de la absorción y por consiguiente una mayor tendencia a la baja presión arterial postprandial. Ingiera más productos integrales, legumbres, aceites saludables y proteínas.
6. La baja presión arterial después de una comida se estabiliza treinta a sesenta minutos después de ingerir los alimentos. Por ello, es bueno que descanse un poco después de comer. Siéntese o recuéstese por unos minutos. Muchos descubren que trabajan mejor, tienen mejores funciones mentales y son más productivos después de una breve siesta de quince a veinte minutos.
Lo animamos también a que analice este tema con su médico que puede descubrir algún elemento específico que resulte útil para su caso particular. ■
World Adventist
Allan R. Handysides
Peter N. Landless
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- Elena G. White
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