Ordenación de la Mujer: Un Peligro para la Unidad de la Iglesia

La Iglesia esta siendo zarandeada, la Iglesia esta siendo atacada, la Iglesia esta tratando de ser dividida. Hay poderes que están detrás de estos movimientos.

¡Oh, cómo se regocijaría Satanás si lograse tener éxito en sus esfuerzos para penetrar entre este pueblo y desorganizar la obra en un tiempo en que la organización esmerada es esencial y constituirá el mayor poder para evitarlos movimientos espurios, y refutar los asertos que no son apoyados por la Palabra de Dios! Necesitamos sostener en forma pareja las riendas, a fin de que no se quebrante el sistema de organización y orden que fue edificado por una labor sobria y cuidadosa. No se debe dar licencia a los elementos desordenados que desean controlar la obra en este tiempo. Eventos de los Últimos Días, p. 44.1 (EGW)

Ordenación de la Mujer: Un Peligro para la Unidad de la Iglesia

1 Corintios 1:10: «Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.»

La Unidad es uno de los requisitos que debe tener la Iglesia para que sea derramado el Espíritu Santo, y si el Espíritu Santo no es derramado, la Iglesia no puede dar el fuerte pregón, la última amonestación. Satanás no quiere esto, y esta tratando de fragmentarnos, de desorganizarnos; por eso se levantan diferentes grupos disidentes que no hacen otra cosa mas que dividir a la iglesia.

Nuestros miembros de iglesia ven que hay diferencias de opinión entre los dirigentes y ellos mismos entran en controversias acerca de los temas en disputa. Cristo demanda unidad. Pero no nos demanda que nos unamos en prácticas erróneas. El Dios del cielo traza un nítido contraste entre las puras, elevadoras y ennoblecedoras verdades y las falsas doctrinas que descarrían.  Mensajes Selectos Tomo 1, p. 206.1 (EGW)


El problema no es discriminación, no se esta marginando a las hermanas de la Iglesia. Delante de Dios todos somos iguales en términos de salvación, pero funcionalmente somos diferentes.
Temas expuesto por Jose Luis Zometa, anciano de la Iglesia Adventista

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- Elena G. White


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