El costo real de un clic: La pornografía y la degradación social

Pornografía en línea, un enemigo de la integridad

El joven Albert poseía una mente brillante. No pudo completar sus estudios porque su inteligencia superaba a la de sus maestros, lo que le causó problemas en sus relaciones. Sin embargo, esta mente inquieta transformó para siempre la física y el mundo.

El conocimiento sin duda trajo consigo muchas ventajas, pero Albert Einstein, fugitivo de los horrores de la Primera Guerra Mundial y residente en Estados Unidos, se disculpó públicamente con los habitantes de Hiroshima y Nagasaki, Japón, porque sus descubrimientos científicos permitieron la construcción de la bomba atómica que cobró millones de vidas en esas ciudades durante la Segunda Guerra Mundial. El conocimiento nos aporta muchas ventajas, pero terminamos autodestruyéndonos porque dominamos la ciencia y la tecnología, pero no a nosotros mismos.

El padre de la World Wide Web, el inglés Berners-Lee, de 41 años, no tenía idea o no imaginaba que su genialidad, como la de Einstein, transformaría el mundo. Si hace 50 años yo anunciara que visitaría los aposentos del Papa, en el Vaticano, sin salir de mi computadora, con seguridad me considerarían un loco. Internet literalmente conectó el mundo y se convirtió, en términos de velocidad, volumen y variedad de información, en el mayor formador de opiniones y conceptos que ha existido en la historia de la humanidad.

Viejas prácticas con un nuevo disfraz

Si el sistema de acceso y tu computadora son rápidos, solo necesitas unos segundos para escribir una palabra y perder horas de tu preciosa vida frente a una máquina muy familiar que te conduce a un viaje de sensaciones tan primitivas como las que tenían los hombres antediluvianos.

En este punto podrías pensar: «¡Aquí viene con un sermón barato sobre moralidad!». Sin embargo, quiero invitarte a analizar algunos puntos vitales en torno a este tema.

  • Primero: el tema del «Sexo Financiero». Si encuentras en cualquier lugar, ya sea en internet, revistas, periódicos o televisión, imágenes eróticas que exaltan cuerpos bien definidos, genitales, relaciones sexuales o incluso, de forma menos directa, simplemente la imagen de un cuerpo femenino desnudo y absolutamente perfecto, puedes estar seguro de que estas personas crearon estas imágenes motivadas única y exclusivamente por el dinero que ganaban. Lo más íntimo del ser humano es el don del sexo, y este se vende deliberadamente. Al usar estas imágenes, estás completando el «círculo vicioso» que busca destruir tu integridad moral y física.
  • Segundo: físicamente hablando, hay una serie de reacciones químicas y hormonales dentro de nosotros que nos preparan para el sexo. Pero no somos solo carne. El ser humano está compuesto básicamente de mente, cuerpo y espíritu; y el acto sexual debe abarcar estas tres partes. Solo entonces será completo en su esencia. El sexo es, y debe ser, una demostración de amor. Por lo tanto, uno no puede existir sin el otro.
  • Tercero: Existen sitios web en línea que se especializan en animarte a masturbarte, prostituirte y cambiar de sexo. Para ello, utilizan imágenes explícitas de órganos corporales con funciones especiales que nos fueron otorgados para nuestro placer y el de nuestros seres queridos, pero que no fueron diseñados para controlar nuestras mentes. Nuestra mente debe dirigir el cuerpo; de lo contrario, el «ser pensante» se convierte en el peor de los animales. No hay término medio: o actuamos con inteligencia o actuamos con instinto.
  • Cuarto: retrocediendo en el tiempo y analizando el auge y la caída de los imperios, descubrimos que el principal factor de su caída fue la perversión sexual. Nerón, el emperador que incendió Roma, era un libertino con carnet. Organizaba orgías con aberraciones inimaginables en su palacio. Piénsenlo: todo lo que el rey es y hace, sus súbditos son alentados a ser y hacer. Hitler, el poderoso comandante, tuvo relaciones sexuales con niños. Pompeya era una linda y próspera ciudad en la costa de Italia, que desapareció después de la erupción del volcán Vesubio. Durante las excavaciones se descubrió que sus habitantes practicaban terribles actos de libertinaje sexual, incluso incesto. Tenemos la impresión de que la naturaleza se rebeló contra sus pecados, pues muchos cuerpos fueron encontrados de pie, petrificados por la lava, la ceniza y el azufre.

Finalmente, menciono a las personas que vivieron antes del diluvio universal. La Biblia dice que «sus pecados llegaron al cielo» y «la paciencia de Dios se agotó». Y observen cuán terriblemente fueron destruidos: agua de arriba y de abajo, del abismo. Solo una familia y representantes de las especies animales se salvaron. ¡Qué terrible, ¿verdad? De toda la humanidad en ese momento, solo ocho personas eran justas ante Dios. ¿Podemos agregar la perversión sexual a la lista de pecados de los antediluvianos? Creo que este era el principal.

Miren a su alrededor: tomar el sol en topless estaba permitido en las playas de Río de Janeiro. El alcalde incluso dijo que la práctica sería el «sello distintivo del verano». El escritor Enoch de Oliveira, en su libro Año 2000, ¿Angustia o Esperanza?, habla sobre el fin de la familia y la degeneración de la sociedad. Es mucho más fácil «unirse» que casarse. Las telenovelas, las series de plataformas digitales enseñan que engañar está de moda, que el sexo debería ser libre y que ser adolescente significa ser rebelde, jamás obedecer a los padres. La televisión está completamente erotizada, incluyendo dibujos animados y programas infantiles. Y nuestros hijos pueden estar gastando las mañanas o tardes frente a la pantalla de uno de los mayores enemigos de la buena educación.

Debemos ser lo suficientemente fuertes y valientes para tomar la decisión de alejarnos de todo aquello que se aprovecha con el objetivo de destruirnos. Usemos los recursos tecnológicos a nuestro alcance para nuestro beneficio y crecimiento personal.

Por Mauro de SouzaVía: Revista Adventista

4.5 - (6 votos)

Pensamiento de hoy

- Elena G. White

Síguenos en las redes:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *