La Biblia no habla sobre la Navidad. ¿Entonces no debemos celebrarla?

Algunas personas escriben comentarios como estos: “Si la Navidad es tan importante, ¿por qué no existe ningún texto en la Biblia que hable sobre ella? Me quedo con la Biblia. No hay un día específico para predicar. Jesús dijo: vayan y prediquen. No dio el día específico”.

De vez en cuando surge la afirmación de que “si la Navidad fuera importante, la Biblia habría hablado claramente sobre ella; como no lo hizo, los cristianos no deben celebrarla”. A primera vista, el argumento parece lógico. Pero, cuando se analiza con cuidado, se revela superficial y basado en premisas equivocadas.

La pregunta que necesitamos hacer no es: “¿La Biblia menciona la Navidad?”, sino más bien: “¿Celebrar el nacimiento de Cristo contradice algún principio bíblico?”. La respuesta es clara: no contradice. Y hay motivos sólidos para ello.

1. La Biblia no registra todo lo que es importante

El razonamiento “si no está en la Biblia, está prohibido” simplemente no funciona. La Escritura no contiene instrucciones explícitas sobre una serie de prácticas cristianas importantes y ampliamente aceptadas:

  • No menciona cultos en el formato actual.
  • No describe la Escuela Sabática, sermones, evangelismo digital o radio.
  • No dice que debamos hacer bodas en la iglesia.
  • No habla del uso de instrumentos modernos o micrófonos.
  • No establece un orden litúrgico rígido para el sábado.

Juan deja esto claro: «Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.» (Juan 21:25, RVR1960).

Por lo tanto, la ausencia de registro no invalida la práctica, siempre que no contradiga principios bíblicos.

2. La Biblia no enseña la lógica “si no fue ordenado, no se puede hacer”

Este tipo de argumento es típico del legalismo religioso. Si se lleva a las últimas consecuencias, prohibiría casi todo lo que las iglesias hacen hoy. La verdad es que Dios nos dio principios, y no listas inflexibles para cada práctica del día a día. Lo correcto es: si la Biblia no prohíbe y no viola principios bíblicos, está permitido.

Celebrar la encarnación del Hijo de Dios –marco central de la fe cristiana– no contradice absolutamente nada en las Escrituras.

3. La Navidad es una oportunidad misionera, no una exigencia

Jesús no determinó que celebráramos el día de Su nacimiento, pero tampoco lo prohibió. Simplemente mandó: «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.» (Marcos 16:15, RVR1960). Sin fecha, sin hora, sin formato. Cuando el mundo entero está hablando del nacimiento de Cristo, cuando el imaginario colectivo se vuelve hacia Jesús, cuando las puertas se abren, ¿por qué no usar esa oportunidad?

El problema nunca estuvo en la fecha en sí, sino en el espíritu con que la usamos, conforme orienta Ellen White.

4. Ellen White nunca prohibió la Navidad – incluso incentivó su uso espiritual

Ellen White es frecuentemente citada de manera equivocada. Ella no condenó la Navidad. Al contrario:

«En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito«. (El Hogar Cristiano, p 435)

«En ocasión de las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y prácticas de esta época de degeneración; […] podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión de honrar y glorificar a Dios.» (El Hogar Cristiano, p 437)

«Podéis enseñar una lección a vuestros hijos. […] Como los antiguos magos, podéis ofrecer a Dios vuestros mejores regalos y demostrarle por vuestras ofrendas que apreciáis el don que hizo a un mundo pecaminoso.» (El Hogar Cristiano, p 438)

Es decir: la Navidad puede ser transformada en un momento de alabanza, misión y gratitud.

Así, el argumento “si fuera importante, estaría en la Biblia” falla porque:

  1. Confunde la ausencia de registro con prohibición.
  2. Ignora que la Biblia no pretende ser un manual litúrgico completo.
  3. Desconsidera la orden permanente de Jesús de predicar en todo tiempo.
  4. Rechaza una oportunidad misionera reconocida por Ellen White como legítima.

La cuestión no es la fecha, es el propósito. Y, si el propósito es exaltar a Cristo, la Navidad puede ser una de las mayores puertas abiertas para la proclamación del evangelio.

¿Y estos textos de Elena White?

  • «Les suplico, hermanos y hermanas, que hagan de esta Navidad una bendición para ustedes y para los demás. El nacimiento de Jesús no fue santificado por los grandes hombres de la tierra. Él era la Majestad del cielo; sin embargo, este súbdito real no tenía sirvientes. Su nacimiento no fue honrado por los mismos hombres a quienes vino a salvar a nuestro mundo. Pero su advenimiento fue celebrado por las huestes celestiales. Los ángeles de Dios, bajo la apariencia de una estrella, guiaron a los Reyes Magos en su misión en busca de Jesús. Llegaron con regalos y costosas ofrendas de incienso y mirra, para rendir homenaje al rey infantil anunciado en la profecía.» (Review and Herald, 9 de diciembre de 1884).
  • «Se acerca la Navidad. Que todos tengan la sabiduría necesaria para hacer de esta una temporada preciosa. Que los miembros mayores de la iglesia se unan, en cuerpo y alma, con sus hijos en esta inocente alegría y recreación, ideando formas y medios para mostrar verdadero respeto a Jesús, llevándole regalos y ofrendas. Que todos recuerden las exigencias de Dios. Su causa no puede avanzar sin su ayuda. Que los regalos que suelen intercambiar entre ustedes sean depositados en el tesoro del Señor.» (Review and Herald, 8 de diciembre de 1884).
  • “Las fiestas de fin de año se acercan. Ante esto, conviene reflexionar sobre cuánto dinero se gasta anualmente en regalos para aquellos que no los necesitan. Las costumbres son tan fuertes que retener regalos de nuestros amigos en estas ocasiones nos parecería casi una negligencia. Pero recordemos que nuestro bondadoso Benefactor celestial tiene derechos sobre nosotros mucho superiores a los de cualquier amigo terrenal. ¿No deberíamos, durante las próximas fiestas, presentar nuestras ofrendas a Dios? Incluso los niños pueden participar en esta obra. Ropa y otros artículos útiles pueden darse a los pobres merecedores, y así una obra puede hacerse para el Maestro” (Review and Herald, 21 de noviembre de 1878).
  • “Recordemos que la Navidad se celebra en conmemoración del nacimiento del Redentor del mundo. Este día generalmente se pasa en fiestas y glotonería. Grandes sumas de dinero se gastan en indulgencias innecesarias. El apetito y los placeres sensuales se satisfacen a expensas del poder físico, mental y moral. Sin embargo, esto se ha convertido en un hábito. El orgullo, la moda y la gratificación del paladar han engullido inmensas sumas de dinero que realmente no beneficiaron a nadie, sino que incentivaron una prodigalidad de recursos que desagrada a Dios. Estos días se pasan glorificándose a sí mismo en lugar de a Dios. La salud ha sido sacrificada…” (Review and Herald, 21 de noviembre de 1878).

Muchos textos de Elena White son usados fuera de contexto para alimentar la idea de que ella condenaba totalmente la Navidad o consideraba pecaminosa cualquier forma de celebración de la fecha. Sin embargo, una lectura cuidadosa de sus escritos –especialmente del artículo Christmas Gifts, publicado en Review and Herald el 21 de noviembre de 1878– muestra exactamente lo contrario. Allí, Elena no ataca la Navidad en sí, sino los excesos, abusos y prácticas mundanas que se hicieron comunes en esa época: gastos superfluos, indulgencias, ostentación y desperdicio de recursos. Sus advertencias están dirigidas al espíritu consumista y carnal con que muchos celebran el nacimiento de Cristo, y no a la celebración en sí.

Lo que ella propone es muy diferente de lo que afirman aquellos que dicen que Ellen White “condenaba la Navidad”. En su propio texto de 1878, ella reconoce explícitamente que la Navidad se celebra en conmemoración al nacimiento del Redentor y recomienda que el pueblo de Dios utilice esa ocasión de forma elevada y cristiana.

Infelizmente, muchos que citan a Ellen White para condenar la Navidad acaban haciendo exactamente aquello que ella misma reprueba: ponen texto contra texto, ignoran el conjunto de sus escritos y seleccionan solo las frases que parecen sustentar sus posiciones personales.

Por Michelson Borges

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- Elena G. White

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1 comentario en “La Biblia no habla sobre la Navidad. ¿Entonces no debemos celebrarla?”

  1. Que muchos argumentos para justificar la navidad….Si entienden bien lo que llamn el viejo testamento(TORAH) deben considerar que El Eterno nunca utilisa un templo pagano, los utincilios de ellos, ningun simbolo para convertirlo en algo para adorar al Creador…Eso es ABERRACION E IDOLATIA MALVADA… y todos atraen maldicion y enfermedades( conrazon las iglesia esta llenas de enfermedades y pecados…Anlizen bien esto para que no atraigan maldicion a sus vidas.
    Que El Eterno los bendigan y abra sus mentes y corazon…

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