Dentro de los 10 minutos de la apertura el lunes, el Dow Jones parecÃa saltar de un acantilado, se hundió más de 1.000 puntos. Fue la pérdida de puntos más grande durante un solo dÃa de la negociación desde el Crash Económico en 2010. Los temores globales sobre la desaceleración económica de China están impulsando en todo el mundo una sacudida en los mercados financieros internacionales.
Otro signo preocupante que analistas económicos están viendo incluyen la caÃda continua de los precios del petróleo y la deslizamiento del rendimiento del Tesoro en 10 años, ahora por debajo del 2 por ciento. Wall Street cree que la Reserva Federal tenga que retrasar su esperada subida de tasa de interés prevista para el próximo mes. Puede venir a finales de año o incluso en 2016.
Aunque el Dow arañó un retraso durante todo el dÃa, se volvió loco. Es un serio recordatorio de la rapidez con los blue-chips pueden retirarse de las máximos raÃdas del mercado alcista. TodavÃa hay un montón de ansiedad de mercado con agudos recordatorios de la crisis financiera global de 2008. Muchos economistas marcan ese evento como la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Necesitamos la sabidurÃa de Salomón durante estos perÃodos de montaña rusa en la economÃa. En una forma apropiada, él escribió una vez: «El que confÃa en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas.» (Proverbios 11:28). En la misma lÃnea, Pablo escribió a Timoteo: «A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.» (1 Timoteo 6 : 17).
Confiar en las riquezas del mundo es confiar en lo que es incierto. No podemos depender de nuestra riqueza para estar siempre listos para llevarnos a través de tiempos difÃciles. Jesús nos advirtió: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orÃn corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;» (Mateo 06:19).
No está mal invertir sabiamente su dinero, siempre y cuando te acuerdes de que todas las cosas pertenecen a Dios. Jesús dijo que debemos ser «ricos para con Dios» (Lucas 12,21) y que debemos «hacer tesoros en el cielo» (Mateo 06:20).
Asà pues, no ponga toda su confianza en Wall Street. En su lugar, escuche el consejo de un hombre sabio que dijo: «¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.»(Proverbios 23: 5). A veces el dinero se va volando. A veces se sumerge en un abismo oscuro. No te aferres a él con demasiada fuerza e ir con el.
Fuente: AmazingFacts