Recursos devocionales
Una de las trampas que lleva a la impureza sexual son los pensamientos que la persona cultiva. Lo que ella piensa tiene mucho que ver con lo que ella ve y lo que ella oye. Nunca antes en la historia de la humanidad la exposición a contenidos impuros para ver y oír proliferó tanto como hoy. La Red Mundial de Computadoras hizo la vida más fácil de muchas maneras a los estudiantes universitarios, pero al mismo tiempo hizo que la pureza se tornara más difícil como nunca. Con contenido sexual tan ampliamente disponible en los ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes, permanecer puro se está convirtiendo en un desafío cada vez mayor para todos. Además, las personas solteras no tienen cómo esconderse de ese tipo de tentación, que es una realidad de igual alcance para todos los seres humanos, casados o solteros. El sabio Salomón nos advirtió con mucha propiedad: «Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida.» (Proverbios 4:23).
Así, a diferencia de las convenciones que prevalecen en nuestros días, de que no podemos hacer nada para dominar nuestros instintos animales, hay una realidad muy bien documentada en los círculos de las Ciencias Sociales que dice que el cerebro es el órgano órgano humano más importante. Sin duda, la sexualidad humana es completamente diferente a la de los animales. El impulso sexual humano es activado en la corteza prefrontal del cerebro, el mismo lugar donde ocurre todo el aprendizaje y donde está el centro de la toma de decisión, del juicio. Como Dios nos creó con un cerebro, somos responsables de nuestra sexualidad y de las elecciones que hacemos con respecto a eso todos los días. Tenemos el poder de hacer elecciones, incluso cuando nuestra bioquímica batalla en nuestro cerebro. Como seres humanos, tenemos que usar nuestro cerebro altamente desarrollado para decidir cómo, cuándo, dónde, y si vamos a dar expresión a nuestros impulsos sexuales, pues es ese poder de decisión que nos hace diferentes de los animales.
Otra mentira que está siendo diseminada en nuestra sociedad hoy es que el sexo va a reforzar la autoimagen, haciéndonos más deseables o más confiados. Especialmente las mujeres quieren hacerse más deseables y, a menudo, usan el sexo como barómetro de la dignidad y como un medio de conexión relacional. Los hombres, por otro lado, usan el sexo para sentirse más confiados y capaces; que realmente tiene que ver con la potencia y el rendimiento, con la competencia y la realización; y, para muchos, todo no pasa de un juego de números para determinar cuántas conquistas son capaces de hacer.
Desafortunadamente, el sexo antes de la boda y/o extraconyugal nunca le dará mayor valor a usted o a su relación. Si usted es mujer, no la hace más deseable. Si usted es hombre, no va a librarlo de su inseguridad; en realidad, es más probable que el sexo ilícito cause el efecto opuesto. Él va a terminar haciéndote sentir más autodesvalorado, desesperado, solo e inseguro.
Ellen White escribió: «El amor verdadero es un principio santo y elevado, por completo diferente en su carácter del amor despertado por el impulso, que muere de repente cuando es duramente probado». Estas declaraciones son contrarias a las convenciones de nuestro tiempo, en la que el individuo es que tiene mayor valor en la sociedad. Muchas veces, oímos a la gente decir: «Lo que la persona desee hacer, tiene el derecho de hacerlo, siempre que nadie salga herido en el proceso.» Tales nociones narcisistas y hedonistas, con certeza, tendrían menos importancia para quien sale perjudicado. El tipo de persona que piensa de esta manera está interesada en lo que ella puede obtener, y no en lo que puede dar. El verdadero amor siempre hace la pregunta: ¿Qué puedo dar? Y que se revela de manera espectacular en Juan 3:16: «Porque de tal manera amó tanto al mundo, que dio …».
Entonces, ¿cómo la persona debe lidiar con su sexualidad?
Qué bueno que usted preguntó eso. Es necesario que se mantenga siempre consciente de las elecciones que usted hace, y también de controlarlas, en vez de permitir que ellas lo controlen. Aquí hay algunas de estas opciones: la elección que «ya sucedió»; la elección «si estamos enamorados no puede ir mal»; la elección «el sexo nos acerca más»; la elección «yo no seré un ser sexual hasta que esté casado»; y la elección «vamos a poner límites». Siendo casado o soltero, todas estas elecciones son falsas, excepto la última. A menos que usted defina límites saludables al principio, ya sea casado o soltero, estará en apuros; así, defina los límites sanos ahora, antes de que la tentación se presente.
Para disfrutar de relaciones saludables en un mundo loco por sexo, es importante seguir cuidadosamente los paradigmas sancionados por la Biblia. Para que esto suceda, necesitará definir límites sanos al principio, a fin de evitar dilemas peligrosos, que alteran el curso de la vida.
Reconocemos lo difícil que es lidiar con este tema, especialmente en los jóvenes; muchos de ustedes están al principio de la vida sexual y tratan con muchas otras formas de presión. La respuesta a esta situación, sin embargo, es siempre la misma, y la promesa de éxito se encuentra en Filipenses 4:13: «A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.».
Que su elección sea siempre mantener relaciones saludables en un mundo loco por sexo, a pesar de la realidad de la tentación que se extiende por todos lados. Nuestro deseo y oración es que usted haga la elección correcta.
Por Willie e Elaine Oliver, via Dialogo
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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