El evangelio fue predicado a Abraham en la promesa: «serán benditas en ti todas las familias de la tierra». Génesis 12: 3 . (Cf. Gálatas 3: 8. ) En el cumplimiento de esta promesa, el pueblo de Dios debÃa cooperar con Él. El propósito de Dios era enviar el mensaje de vida a Babilonia, pero aquellos que deberÃan haber sido los mensajeros no cumplieron con su parte.Â
En la providencia de Dios se ordenó que el rey de Babilonia enviara una delegación a Jerusalén para preguntar acerca del Dios que habÃa librado al rey EzequÃas de una enfermedad mortal (IsaÃas 39: 1 ; 2 Crón. 32: 31), pero EzequÃas les mostró las riquezas de su reino en lugar de las riquezas de la gracia de Dios, y esto provocó del profeta la predicción del cautiverio en Babilonia. Isa. 39: 6, 7.

Lo que no se hace en circunstancias favorables debe hacerse en circunstancias desfavorables
Y asà se predicó el evangelio en Babilonia durante el cautiverio, y Daniel y sus tres compañeros fueron los predicadores. Pero primero estos jóvenes deben ser probados, para ver si se puede confiar en ellos para revelar el evangelio del reino a sus captores paganos. El registro de esta prueba está en el primer capÃtulo de Daniel. Se negaron a unirse a la adoración de los dioses de Babilonia al negarse a comer la comida que habÃa sido consagrada a los Ãdolos, demostrando ser leales al Dios de Jerusalén en las circunstancias más adversas. Entonces llegó la oportunidad de proclamar el evangelio del reino de Dios a Nabucodonosor, y por medio de él al mundo.
El secreto del reino de Dios, el surgimiento y la caÃda de los reinos fue el tema del sueño de Nabucodonosor, como se encuentra en el segundo capÃtulo de Daniel, y por su habilidad para contar el sueño e interpretarlo, Daniel dio a conocer el secreto o el misterio del reino celestial.Â
Los sabios de Babilonia no lograron satisfacer la demanda que se les imponÃa y, al disculparse, expusieron el fracaso de todas las religiones falsas: sus dioses no habitaban en la carne. Dan 2: 11 . Al enfrentar su desafÃo, Daniel demostró la verdad esencial del cristianismo: la comunión personal con Dios. La respuesta del rey es muy significativa: «El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.». Dan. 2: 47.Â
Daniel describió la historia mundial, conduciendo al triunfo del reino eterno de Dios, y al hacer esto estableció el hecho de que «el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el EspÃritu Santo.» (Rom. 14: 17), y que él mismo disfrutaba de una comunión personal Ãntima con el Gran Revelador, quien luego apareció como el Profeta de Nazaret.Â
La caracterÃstica central del cristianismo es la unión de la divinidad y la humanidad, cuando el Rey toma Su lugar en el trono del corazón y establece su reino de justicia dentro, convirtiéndose en la vida eterna del que lo recibe. Este es el evangelio del reino que Daniel dio a conocer al rey de Babilonia, como se registra en el segundo capÃtulo de Daniel. Pero no debemos pasar por alto el entorno histórico en el que este evangelio fue enseñado a Nabucodonosor. La cronologÃa de los imperios mundiales nos permite determinar cuándo el establecimiento del reino de gloria está cerca. El evangelio del reino es la verdadera filosofÃa de la historia.