«La medicina que el cielo aprueba» es un concepto que se basa en las enseñanzas de la Biblia y los escritos de Ellen G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Esta medicina se diferencia de las prácticas médicas convencionales y se centra en principios naturales, espirituales y éticos. Se sostiene que esta medicina tiene la aprobación divina y busca la restauración completa del ser humano, no solo en términos de salud física, sino también en lo que respecta a su carácter y relación con Dios.
Características de la medicina que el cielo aprueba:
- Armonía con la ley de Dios: La medicina que el cielo aprueba se basa en obedecer los preceptos y mandamientos de Dios. Se cree que vivir en armonía con la voluntad divina es esencial para mantener la salud y prevenir enfermedades.
- Restauración del carácter: Esta medicina busca la restauración del carácter de una persona a la imagen de Dios. Se enfoca en el crecimiento espiritual y la madurez en la fe, evitando ser arrastrados por doctrinas engañosas.
- Uso de remedios naturales: Se hacen hincapié en remedios naturales que promueven la salud y la curación. Estos incluyen el aire puro, la luz solar, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, una alimentación adecuada, el agua y la confianza en el poder divino.
- Toda curación para la gloria de Dios: La curación se considera un acto de Dios a través de los procesos naturales. La fe en Dios y su poder se considera fundamental en el proceso de curación.
La verdadera medicina natural:
La medicina natural, también conocida como medicina naturista, busca la salud humana a través de factores y elementos naturales que promueven la salud. Se basa en los principios de la Biblia y la ciencia, y se enriquece continuamente con los avances científicos.
Elementos curativos de la medicina natural:
Los ocho remedios naturales son fundamentales en la medicina natural, incluyendo el aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, una alimentación adecuada, el agua y la confianza en el poder divino.
Lo que no es una medicina que el cielo aprueba:
Se enfatiza que no se deben aceptar prácticas médicas basadas en prodigios, misticismo o doctrinas engañosas. Se advierte sobre la necesidad de discernir entre prácticas auténticas y terapias que no tengan respaldo científico.
Conclusiones:
La medicina que el cielo aprueba se basa en una comprensión profunda de los principios espirituales y naturales, y busca la restauración completa del ser humano. Se diferencia de otras prácticas médicas y terapias por su enfoque en la fe, la obediencia a la voluntad divina y la aplicación de remedios naturales.
La medicina natural, por otro lado, se basa en principios naturales respaldados por la ciencia y busca promover la salud humana a través de factores naturales. Ambos enfoques pueden complementarse en ciertos casos, y la clave está en discernir lo que es genuino y beneficioso.
Pronto ocurrirán escenas maravillosas con las cuales Satanás estará estrechamente relacionado. La Palabra de Dios declara que Satanás obrará milagros. Hará enfermar a la gente y después quitará repentinamente de ella su poder satánico. Eso hará que se considere sanados a los enfermos. Estas obras de curación aparente pondrán a prueba a los adventistas.—Mensajes Selectos 2:61 (1904). { EUD 142.2; LDE.166.4 }
Lamentablemente el pragmatismo (el funciona) parece ser el criterio que, incluso, algunos miembros de la iglesia aplican a algunas de las prácticas de salud holística de la nueva era. Muchos cristianos dicen: si funciona?
Pero lo que un verdadero cristiano hace es preguntar a Dios cuál es su voluntad.
RECORDDEMOS LO QUE DICE LA PALABRA:
1Co 10:23 Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
En este respecto, no permitamos que entre la cultura mapuche con el escritor Manuel Lezaeta Acharan entre nuestra filas.
Muy buen artículo, lamentablemente muchos hermanos en la iglesia caen en las prácticas, tratamientos que no son nuestra filosofía, ni mucho menos que tengan respaldo científico, engañando a los hermanos y justificando sus tratamientos porque tienen una foto con algún líder de la iglesia, etcétera. Peor aún, presentándose como «médicos», terapeutas, quiroprácticos sin tener un aval académico y hasta dictando cursos a todos los hermanos sobre manipulaciones vertebrales, etcétera. Eso es engañar.