El plan divino es inmutable y perfecto, guiando a la humanidad hacia un camino de sabiduría y felicidad. Cuando Dios, en su sabiduría infinita, declaró que «no es bueno», estableció un principio que trasciende el tiempo y el espacio. La Biblia nos enseña que Dios nunca se equivoca, y sus designios son perfectos; por lo tanto, cuando Él nos da una directriz, no necesita corrección ni modificación humana. En esta serie de lecciones, exploraremos el profundo significado de seguir los planes divinos con humildad y obediencia.
Cada lección aborda un aspecto único de este tema, desde el origen de las parejas discipuladoras en el plan divino hasta su implementación en la Iglesia primitiva y su relevancia en el mundo actual. A continuación, desglosaremos cada uno de los subtítulos de esta serie para brindarte una visión más detallada de su contenido.
Lección 1: EL ORIGEN DE LAS PAREJAS DISCIPULADORAS
Esta primera lección establece las bases del estudio al recordarnos que, si Dios declara algo como «no es bueno», es esencial prestar atención y obedecer su consejo. Se argumenta que los seres humanos no están destinados a vivir aislados, y se introduce la idea de que las parejas discipuladoras son clave para evitar la derrota y el fracaso, optando en su lugar por el éxito y la excelencia.
Lección 2: LAS PAREJAS DISCIPULADORAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
En esta lección, se explora cómo la necesidad de compañerismo y apoyo mutuo se encuentra arraigada en el Antiguo Testamento. Desde la creación, se afirma que el ser humano no está destinado a vivir solo y que esta necesidad va más allá de las relaciones conyugales. Se sientan las bases para comprender la importancia de las parejas discipuladoras en la vida cristiana.
Lección 3: JESÚS ORGANIZÓ A SUS DISCÍPULOS DE DOS EN DOS
La tercera lección nos lleva al ministerio de Jesús, quien, desde el inicio, formó a sus discípulos en parejas. Se ejemplifica este enfoque al relatar cómo llamó a los primeros cuatro pescadores y a Leví, el recaudador de impuestos. Además, se destaca que Jesús no solo llamó a sus discípulos de dos en dos, sino que también les encomendó misiones bajo este modelo.
Lección 4: LAS PAREJAS DISCIPULADORAS EN LA IGLESIA PRIMITIVA
Esta lección explora cómo la Iglesia primitiva siguió el ejemplo de Jesús al vivir en comunión y organizarse en parejas de dos. Se argumenta que este enfoque no solo era una forma de cumplir la misión, sino también de experimentar la vida cristiana en su plenitud. La importancia de la comunidad y la colaboración se subraya como elementos esenciales de la vida cristiana.
Lección 5: VOLVIENDO AL PLAN ORIGINAL DE DIOS
La quinta lección presenta un desafío contemporáneo para la Iglesia: no se trata solo de cumplir la misión, sino de hacerlo de la manera en que Jesús lo ordenó. Se destaca la idea de que, al enseñar a los hermanos a trabajar juntos y compartir la carga de la misión, la Iglesia obtendrá fortaleza espiritual y resultados asombrosos, siguiendo el modelo establecido por Jesús.
Lección 6: NADIE PUEDE CRECER SOLO
Esta lección resalta la importancia del aprendizaje continuo y la resistencia a aprender. Se comparte una historia que ilustra cómo aquellos que se resisten a aprender pueden estar limitándose a sí mismos. Se enfatiza que el crecimiento espiritual es un proceso individual y que la organización en parejas de oración y misión no debe usarse como una excusa para escapar de la responsabilidad misionera personal.
Lección 7: DOS: EL MÍNIMO DE LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA
La séptima lección se centra en el sueño divino para la Iglesia y destaca que Dios anhela encontrarla organizada de manera que cumpla su plan divino. Se argumenta que los grupos pequeños, basados en parejas discipuladoras, son fundamentales para alcanzar este objetivo. La organización en dos niveles se presenta como una preparación para el regreso de Jesús.
Lección 8: UN TRABAJO INDIVIDUAL Y DE DOS EN DOS
La última lección aborda el peligro potencial de descuidar el cumplimiento personal de la misión al organizarse en parejas de oración y misión, y en grupos pequeños. Se enfatiza que la organización no libera a los individuos de su responsabilidad misionera personal, y que el cumplimiento individual sigue siendo esencial para el crecimiento espiritual.
En resumen, cada lección de esta serie contribuye a una comprensión más profunda de la importancia de las parejas discipuladoras en la vida cristiana y en la misión de la Iglesia.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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