El auténtico propósito del servicio, según las enseñanzas de Jesucristo, se revela en las palabras registradas en los evangelios de Mateo 6:1-8 y 19:30. Estas palabras no solo fueron pronunciadas por el Salvador en el monte, sino que encarnaban la esencia de su enseñanza silenciosa a lo largo de su vida terrenal. La multitud que observaba los milagros y el poder de Cristo no lograba comprender por qué no utilizaba ese poder para alcanzar lo que consideraban el bien supremo. Jesús, con claridad divina, desenmascaró la hipocresía de los fariseos, quienes, a pesar de su celo por la ley, buscaban la gloria personal y egoísta en lugar de la verdadera justicia.
En todos los siglos, los principios erróneos sostenidos por los fariseos han permeado la naturaleza humana. El espíritu farisaico, contrario al de Cristo, persiste, y la búsqueda de gloria personal en lugar de la verdadera piedad caracteriza a la humanidad. En tiempos de Cristo, los fariseos buscaban la recompensa celestial, pero alardeaban de sus actos de caridad para ganar reconocimiento terrenal. Cristo advirtió que el verdadero servicio debe ser desinteresado, sin buscar elogios o honores humanos.
Jesús abordó la cuestión de la caridad y la oración, destacando que estas acciones no deben buscarse para la ostentación, sino que deben realizarse en secreto, para la gloria de Dios. La verdadera piedad, según Cristo, no busca la alabanza humana; más bien, busca glorificar a Dios. Los actos de bondad, aunque realizados en secreto, no pasan desapercibidos ante Dios, quien recompensa el servicio desinteresado.
El concepto del ayuno genuino también fue abordado por Jesús, quien enfatizó que no se trata solo de una formalidad externa, sino de una expresión de arrepentimiento y humildad ante Dios. El servicio cristiano, según Jesús, implica renunciar al amor desmesurado por las riquezas terrenales y buscar, en cambio, los tesoros del cielo.
Jesús concluyó sus enseñanzas exhortando a sus seguidores a buscar primero el reino de Dios y su justicia. Les recordó que el Padre celestial conoce sus necesidades y proveerá para ellos. La ansiedad por el futuro debe ceder ante la confianza en la providencia divina.
El verdadero motivo del servicio, según Jesucristo, implica una devoción sincera a Dios, desinterés por la gloria personal, renuncia a las riquezas terrenales y la búsqueda prioritaria del reino de Dios. Estas enseñanzas atemporales de Cristo siguen siendo una guía fundamental para aquellos que buscan un servicio auténtico y significativo en sus vidas.
Muchas gracias hermano en Cristo y Siervo de nuestro Altísimo Dios, por compartir su nivel de acercamiento con el Padre y haber Escuchado al Espiritu Santo que lo ha inspirado primeramente y dedicado tiempo en elaborar y hacerlo disponible en linea, para todos lo que como yo quieren aprender a llegar con el mensaje de Redención a los necesitados.