
¿La creación se llevó a cabo durante miles de años?
Una de las teorías que salió a relucir en el año 1995 entre el cristianismo, fue la teoría de que cada día de la semana de la Creación equivale a 7000 años. Han pasado muchos años y en nuestros días salen a relucir más enseñanzas basadas en esta teoría que no es más que una fantasía bien elaborada, pues suponen que cada día de la Creación significan 6000 años, 7000 años o incluso más, (es decir miles de años) etc. Dada esta tendencia en la actualidad, vemos necesario refutar esas teorías que se basan en falsedades que incluso llegan a mezclar la evolución y el Creacionismo.
No tiene sentido afirmar que Dios bendijo y santificó un período de miles de años.
Es cierto que la palabra hebrea yom (día), usada en Génesis 1, puede significar un período de tiempo indefinido, como cuando decimos en español «día del juicio». Pero nunca en la Biblia se usa el término para referirse a épocas, eras geológicas o un período fijo de tiempo que no sea lo que solemos llamar un día. Esto es especialmente cierto en Génesis 1, donde yom va acompañado de un numeral (primero, segundo, etc.). De hecho, a lo largo de la Biblia, cuando esto ocurre (yom acompañado de un número), el único significado de este término es día (un período compuesto por una parte oscura y una parte luminosa, que abarca 24 horas, o, más raramente, la parte luminosa de ese período).
En Génesis 1:5, yom se usa dos veces: la primera, en contraste con la parte oscura (noche), se refiere a la parte luminosa del período de 24 horas, como cuando decimos que Dios nos dio el día para trabajar y la noche para descansar. El segundo uso va acompañado del número «primer yom» y apunta, sin lugar a dudas, al primer período de 24 horas de la semana de la Creación. En Génesis 2:4, yom abarca todos los yom mencionados anteriormente. En este texto, yom puede traducirse perfectamente como «Este es el origen de los cielos y la tierra cuando fueron creados». (Énfasis añadido) a cuando: «Este es el origen de los cielos y la tierra el día en que fueron creados».
Se pueden presentar al menos ocho pruebas que indican que los días de la semana de la Creación no pueden considerarse de «miles de años de duración», sino de 24 horas:
- 1. La adición del numeral a la palabra yom. Con el numeral, este término siempre significa en la Biblia lo que entendemos por día, como se vio anteriormente.
- 2. Dios no necesitó mucho tiempo para realizar su creación. Es absurdo imaginar que después de crear la luz (día uno), esperó «miles de años» para crear la atmósfera (día dos), y otros 7000 o 6000 años (según los años que sostengan varias teorías) para que apareciera el suelo (tierra seca) y creara las plantas (día tres); y así sucesivamente, con respecto a cada cosa creada en los días restantes. Muy por el contrario, el relato bíblico sugiere que las cosas aparecen tan pronto como Dios las ordena o actúa para crearlas.
Por ejemplo, en los versículos 11 y 12, Dios ordena a las plantas que broten; La respuesta al mandato divino es inmediata, incluso en este caso, donde pudo haber transcurrido cierto tiempo entre una cosa y otra, pues sabemos que una planta tarda en brotar. Sin embargo, incluso en este caso, la respuesta es inmediata, naturalmente por el poder de Dios. Respecto a las plagas de Egipto, se dice que Dios «habló, y vinieron las langostas» (Salmo 105:34). ¿Podemos imaginarnos si Dios hubiera hablado y las langostas hubieran tardado «miles de años» en venir? De hecho, el Salmo 33:9 afirma, respecto a la Creación, que «Él habló, y fue hecho; él mandó, y existió» (énfasis añadido).
Aunque muchos afirmen que la Creación es verdaderamente instantánea, y que lo que requiere un período de más de 1000 años es el tiempo entre una cosa creada y otra, sigue siendo absurdo que Dios creara algo, en su plan para la creación de la Tierra, y luego esperara tanto tiempo para crear el siguiente elemento, como mencionamos al principio de nuestra consideración de esta evidencia. Además, este razonamiento conlleva ciertas inexactitudes, dos de las cuales se mencionan en las evidencias 4 y 5 a continuación. - 3. El uso de la expresión «tarde y mañana» denota un día de 24 horas; tarde = noche (parte oscura, que viene primero); mañana = día (parte clara, que viene después de la noche). Ahí se dice que «hubo tarde y mañana» (singular) y no «hubo tardes y mañanas» (plural), lo que sería necesario si se estuviera haciendo referencia a los miles de años.
- 4. Las plantas, creadas al tercer día, no podrían sobrevivir tanto tiempo sin la luz solar, que aparece al cuarto día, si esos días equivalieran a «miles de años». De hecho, ninguna forma de vida puede sobrevivir tanto tiempo sin la luz solar.
- 5. Dios creó las cosas en este mundo de tal manera que las plantas necesitan la vida animal y los animales necesitan la vida vegetal. Los animales (incluidos los humanos) fueron creados en el quinto y sexto día, al menos 14.000 años (o más años dependiendo las falsas enseñanzas) después que las plantas, según varias teorías. ¿Cómo pudieron las plantas sobrevivir tanto tiempo sin los animales?
- 6. La edad de Adán es una prueba más de la inadecuación de la teoría de los «miles de años». Fue creado en el sexto día. Tanto el nombramiento de los animales por parte de Adán (Génesis 2:19, 20) como la posterior creación de Eva por Dios (versículos 21, 22) se cumplieron en el sexto día, ya que Génesis 1:26-31, especialmente el versículo 27, afirma que la mujer también apareció en el sexto día. Esto indica que Adán mismo no fue creado al final del sexto día; de lo contrario, no habría habido tiempo para lo que él y Dios hicieron después, aún en ese día. Una buena parte de ese día debió haber transcurrido desde la creación de Adán. Entonces según estas falsas enseñanzas, Adán tendría miles de años. Pero Génesis 5:5 afirma que la vida del primer hombre (es decir, desde su creación) fue de 930 años. Para que haya armonía entre lo que enseñan las falsas teorías y este texto, sería necesario que Adán hubiera sido creado al atardecer, al final del sexto día (o un período de 7000 años o más, según ellos), lo cual es completamente improbable.
- 7. El mandamiento del sábado (Éx. 20:8-11) se da en función de la obra creadora de Dios. Dios exige que trabajemos seis días y descansemos el séptimo porque Él también trabajó seis días y descansó el séptimo. En otras palabras, el plan de que trabajemos seis días (de 24 horas) y descansemos un día (de 24 horas) es un perfecto paralelismo con la obra creadora de Dios. Por lo tanto, la analogía exige que los días de la Creación sean de 24 horas cada uno.
- 8. Si cada día de la semana de la Creación consta de más de 6000 o 7000 años como suponen algunos, entonces el descanso de Dios en el séptimo día continúa, ya que aún no han transcurrido 6000 (o más según las falsas teorías) años desde la finalización de la Creación. Pero Jesús fue claro en que Dios no continúa descansando; al contrario, afirmó: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo [es decir, Jesús, compañero de Dios en la Creación y, por lo tanto, también compañero de descanso] trabajo» (Juan 5:17, énfasis añadido).
- 9. Incluso en el relato de la Creación, hay evidencia de que el descanso de Dios no dura, sino que es un acto consumado desde el principio: el verbo «descansó» en lugar de «descansó» (Gén. 2:2 y 3) presupone esta idea. Y debemos recordar que, debido a que Dios descansó en el séptimo día, lo bendijo y santificó (Gén. 2:3). Este día representa un período de 24 horas, correspondiente al séptimo día de la semana, y no un período de «miles de años». No tiene sentido afirmar que Dios bendijo y santificó un período de más de 6000 años. Tampoco es útil apelar al «resto» de Hebreos 4 en conjunción con el milenio del Apocalipsis (como algunas denominacines enseñan).
Por lo tanto, como dijimos al principio, la teoría de los miles de años es pura fantasía.
Escrito por José Carlos Ramos para la Revista Adventista
Traducido y adaptado por Recursos Bíblicos
¿Te gustó el artículo? Descarga el PPT para presentarlo en tu iglesia.