Actividades Apropiadas e Inapropiadas para el Sábado

Actividades Apropiadas e Inapropiadas para el Sábado

Actividades inapropiádas para el sábado 

El cuarto mandamiento del Decálogo ordena que, durante el
sábado, «no hagas […] obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de
tus puertas» (Éxo. 20:10, RV60). Esto significa que la observancia
de este día debe involucrar a su propio círculo de influencia. Por
lo tanto, el propietario de una industria, una empresa comercial o
una institución educacional debe cerrarla, para que sus empleados,
aunque no sean observadores del sábado, tengan la oportunidad de
descansar en este día, si así lo desean.

Las actividades inapropiadas para el sábado son prohibidas en
Éxodo 20:10 por la expresión «no hagas […] obra alguna», y en Isaías
58:13 por la cláusula «Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad
en mi día santo». En realidad, el Mandamiento «no prohíbe
las obras de misericordia o el trabajo esencial para la preservación
de la vida y de la salud que no puede realizarse en otros días».»
El Mandamiento prohíbe, durante el sábado, todas las actividades
seculares que produzcan ganancia o beneficio material, así como involucrarse
en programas de planificación y preparación para ejercer
tales actividades, incluyendo la asistencia a clases y la participación
en prácticas, simposios, seminarios y charlas de carácter profesional.
De acuerdo con Adam Clarke, «aquel que trabaja con su mente
en proyectos y planes seculares en el sábado es tan culpable como el
que trabaja con sus manos en su ocupación habitual».»

También existen actividades de recreación que, aunque aceptables
durante la semana, no están de acuerdo con la observancia del
sábado, porque desvían la mente de los asuntos espirituales. Entre
ellas están, por ejemplo, la asistencia a los centros comerciales y a
los parques de diversión; la exposición a noticias, música y programas
seculares de televisión, radio o Internet; la participación en deportes,
juegos de mesa o juegos electrónicos; baños públicos en playas o piscinas;
conversaciones de carácter secular, etc. El que no está acostumbrado
a observar el sábado podrá considerar que el no involucrarse en
tales actividades acaba haciendo de este un día aburrido y cansador.
Pero es importante recordar que el sábado no es un día de inactividad,
sino un día para romper la rutina de la vida a fin de integrarse en otras
actividades de acuerdo con el propósito del sábado.

Actividades apropiadas para el sábado

El sábado debe ser un día dedicado a Dios, a la familia, a los
amigos y a las personas necesitadas, obedeciendo a este mismo orden
de prioridad. Que Dios debe venir en primer lugar en la observancia del sábado es evidente por el hecho de que ese día es llamado
sábado «al Señor tu Dios» (Éxo. 20:10) y el propio Dios lo califica
como «mi día santo» (Isa. 58:13). La comunión con Dios debe tener
la primacía en este día, no solamente en lo referente a los cultos de
recepción y despedida del sábado, sino también en relación con la
integración en otras actividades espirituales, especialmente la asistencia
a los cultos de la iglesia. Hebreos 10:25 amonesta: «No dejemos
de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos». Y David
exclama: «Yo me alegré con los que me decían: ‘A la casa de Jehová
iremos’ » (Sal. 122:1). Como Cristo y Pablo tenían la «costumbre»
de asistir a la sinagoga los sábados (Luc. 4:16; Hech. 17:2), también
debemos participar en los cultos de la iglesia en este mismo día.

El almuerzo del sábado es una buena oportunidad de confraternización
de la propia familia con otras familias amigas y personas cercanas,
en casa o aun en un agradable pic-nic. Algún plato especial
puede alegrar tanto a niños como adultos. A su vez, durante el sábado
por la tarde, la familia puede participar de un paseo en medio de la
naturaleza, así como de visitas misioneras a personas interesadas en
la Palabra de Dios, a los enfermos y a otras personas necesitadas. En
resumen, las actividades del sábado deben fortalecer la comunión con
Dios, y los lazos familiares y de amistad con aquellos que ya comparten
la misma fe o que tratan de conocer mejor las verdades bíblicas.

Resumen

«El sábado es un broche de oro que une a Dios y a su pueblo».»
Este día debe ser guardado «conforme al mandamiento» (Luc.
23:56), y dedicado a Dios, a la familia, a los amigos y a las personas
necesitadas. Aunque todos los seres humanos pueden respetar el sábado,
este se transforma en un canal de bendiciones solamente para
aquellos que lo observan de acuerdo con los principios bíblicos. La
verdadera observancia del sábado significa una ruptura con la rutina
de la vida (generalmente centrada en las cosas, en el espacio y en el
ciberespacio), sintonizándola con los valores espirituales y eternos.
Debe realizarse una preparación adecuada antes del inicio
del sábado, para que pueda ser observado según el Mandamiento.

Siempre que sea posible, la llegada del sábado debe ser recibida con
un breve e interesante culto en familia, y su despedida también debe
involucrar una reunión espiritual en familia. A fin de que el sábado
cumpla su propósito, es indispensable dejar a un lado las actividades
inapropiadas para su observancia y promover actividades apropiadas
para ella. Situaciones especiales que puedan surgir deben ser
siempre encaradas con el objetivo de observar el sábado de acuerdo
con los ideales divinos.

Alberto R. Timm, El SÁBADO en las ESCRITURAS

1 comentario en “Actividades Apropiadas e Inapropiadas para el Sábado”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pensamiento de hoy

- Elena G. White


Síguenos en las redes:
Telegram
WhatsApp
Facebook