No es un asunto conceptual, no es un asunto de palabras, no es un asunto solamente cognitivo. Es Poder de Dios que cambia y transforma la vida. Y desde ese momento, la vida de esa persona empieza a mostrar a los demás que tuvo un encuentro con Cristo Jesús y con el Dios Todopoderoso.
Podemos llamarnos Cristianos, pero hasta que no hemos nacido de nuevo, hasta que no hemos tenido la experiencia de la conversión, hasta que no somos arrepentidos, entonces nos falta ese pode que viene del cielo y que mora en nosotros y hace posible que otros también terminen creyendo.
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