La humanidad sigue creyendo la mentira sobre Dios ¿La crees tú?

En la vida de muchos de nosotros suceden cosas, hay circunstancias adversas. Irreflexivamente atribuimos esos eventos a la acción de Dios. Analizadlo en vuestra propia vida. Cuando algo va mal, ¿qué es lo primero que soléis hacer? Levantamos la vista al cielo y decimos: ‘¿Por qué? ¿Por qué, Señor?’ Atribuimos esos sucesos a la voluntad de Dios. Y al hacer así, ¿cuáles son nuestros pensamientos y sentimientos respecto a él?, ¿cuál es nuestra percepción de su amor por nosotros?

¡Cuántas cosas sucederían en nuestra vida si fuésemos capaces de percibir adecuadamente las acciones de Dios en nuestro favor! Hay una sola fuente digna de crédito al respecto: la Palabra de Dios “[Las Escrituras] dan testimonio de mí”, dijo Jesús.

¿Cuándo comenzó eso? Vayamos a Génesis 3. Ahí es donde estamos en la cronología de los eventos.

La serpiente era más astuta que todos los animales…

Algunas versiones, en lugar de “astuta”, traducen “sutil”.

Hay diferencias sutiles entre el evangelio que el mundo cristiano está predicando hoy, y el evangelio para la proclamación del cual Dios suscitó a la Iglesia adventista del séptimo día. ¡Diferencias sutiles!

Si hubiéramos de desplazarnos por mar hacia un destino lejano y dependiéramos de la brújula para llegar a él, la desviación en un insignificante grado haría que sufriésemos un tremendo alejamiento del destino previsto, que nunca alcanzáramos.

Si nos equivocamos en un solo grado en comprender cuáles son las acciones de Dios, en favor de cuántos las ha realizado y por qué, en nuestro viaje por conocer los pensamientos y sentimientos de Dios hacia nosotros —eso que ha de cambiar nuestro corazón— nunca llegaremos al destino glorioso que Dios tiene para nosotros.

Seguimos leyendo en Génesis 3:

La serpiente era más astuta que todos los animales que Jehová Dios había hecho, y dijo a la mujer: —¿Conque Dios os ha dicho: ‘No comáis de ningún árbol del huerto’? La mujer respondió a la serpiente: —Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis”

¿A qué se refería Génesis 2:17? Jesús mismo se lo había afirmado:

El día que de él comas, ciertamente morirás

En el versículo 4 del capítulo 3, la serpiente respondió a la mujer:

No moriréis

¿Cuál era la implicación de Satanás? ¿Qué había hecho Dios, según él? Mentir fue la primera acción que Satanás atribuyó a Dios en este planeta, en su engaño relativo a quién y cómo es Dios. ‘Dios os ha mentido’. Observad los pensamientos y sentimientos que Satanás comenzó a comunicar con su mentira. Versículo 5:

Serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal

¿Esta Dios reteniendo sus bendiciones para nosotros?

[Satanás]: ‘Yo estuve allí. Vi al Padre reunirse con Jesús en consejo, dejándome a mí fuera. Dios tiene un bien que no quiere compartir. No admite competencia. Ha retenido el bien de vosotros para su propio beneficio. Por lo tanto, puesto que os ha retenido un bien, os ha tenido que mentir a fin de que no sepáis acerca del mismo’.

Si en algún aspecto de vuestra vida abrigáis el sentimiento de que Dios está reteniendo algún bien para que no lo tengáis, es indicativo seguro de que aún no conocéis el carácter de Dios, sus pensamientos y sentimientos hacia vosotros.

Hoy la mentira está formulada en términos distintos, pero es siempre la misma mentira. La cristiandad está hoy impregnada con la idea de que Dios está reteniendo una gran bendición a los seres humanos hasta que primeramente hagamos algo correcto.

Hermanos, Dios no es el retenedor de bendiciones, sino el divino Dador de todas ellas. En Hechos 17 Pablo presenta a Dios como a quien “da a todos vida, aliento y todas las cosas… en él vivimos, nos movemos y somos” (vers. 25-28). Y ahí no se está hablando ni refiriendo a creyentes.

No es solamente que Dios dé a todos todo lo que tienen, sino que él da a todos todo lo que él tiene. Dar es su gloria, no porque nosotros seamos bondadosos, sino porque él lo es. Es el Dador.

Dios no podía expresar un amor mayor del que ha expresado al dar al Hijo de su predilección a este mundo. Este don fue dado al hombre para convencerlo de que Dios no ha dejado sin hacer nada que pudiera haber hecho, que no queda nada en reserva, sino que todo el cielo ha sido derramado en un solo don inconmensurable (NEV 15.4, YI 17 octubre 1895).

Seguimos leyendo en Génesis 3:6:

Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduría…

¿Qué significa eso? Significa que dio oído a lo que Satanás le dijo y creyó que Dios la había engañado. Comenzó a considerar la posibilidad de que ese fruto le diera cierta sabiduría que ahora no poseía. Razonó: ‘Dios me ha retenido ese bien, y este fruto es la forma de obtenerlo. ¡Puedo ser como Dios! ¡Puedo obtener esas buenas cosas que Dios ha retenido de mí!’ Y tomó del fruto y lo comió. Lo dio a su esposo, quien también comió de él.

Versículo 7:

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos

¿Qué significa eso? ¿Significa que hasta ese momento habían caminado con los ojos cerrados? Está hablando de visión espiritual. No se refiere sólo a una realidad física, sino a una percepción espiritual. Comenzaron a percibir espiritualmente algo que hasta entonces no habían percibido. ¿Qué fue? Vedlo en la frase siguiente:

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos

No creo que se refiera solamente a la realidad física de no estar vestidos. Se dieron cuenta de que estaban espiritualmente desnudos. Leed conmigo en Juan 8, comenzando en el versículo 1:

Jesús se fue al monte de los Olivos. Por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentándose, les enseñaba. Entonces los escribas y fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio, le dijeron: —Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio

Os pregunto ahora, ¿qué debía estar pensando y sintiendo entonces aquella mujer? Poco importa si llevaba un tipo de ropa u otro, estaba siendo plenamente expuesta. Sea cual fuere su realidad física, había una realidad emocional: la de sentirse desnuda ante la mirada de todos. Comenzó a sentir la culpa, la condenación, a sentirse expuesta. ¿Qué es lo que Jesús dijo primeramente a esa mujer? ¿Le dijo ‘arrepiéntete’?

¿Dónde están los que te acusaban?… Ni yo te condeno. Vete y no peques más

¿Cómo trata Dios la desnudez? ¿Cómo trata al desnudo? ¿Cómo nos trata Dios cuando resultamos expuestos?

Versículo 8:

Luego oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el huerto… Poneos ahora en los pensamientos y sentimientos de ellos. Debido a la elección del hombre, el pecado tiene tal naturaleza, que incluso el amor de Dios parece incapaz de rescatarlo de él. El pecado es extremadamente engañoso, produce un debilitamiento terrible.

Tras haber pecado, ¿cuál debía ser su percepción del carácter de Dios? ‘Dios no está aquí para procurar mi bien, sino por el suyo propio’. Así, cuando pecamos, los mismos pensamientos equivocados acerca de Dios que nos llevan a pecar, a dejar de servirle, nos impiden acudir a él en busca de remedio. Y Dios se ha de abrir paso a través de nuestras tinieblas, intentando mostrarnos quién es realmente y cómo piensa y siente acerca de nosotros.

Adán y Eva oyeron la voz del Señor, supieron que estaba en el huerto, y

el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto

Recordad Isaías 59:2. ¿Qué han hecho nuestros pecados?: ‘Nos han separado de Dios’. Cuando pecamos, ¿qué es lo que nos dice la justicia?, ¿qué es lo que merecemos? La condenación, el castigo, ¿no es así? Por lo tanto, nuestros pensamientos y sentimientos, nuestro corazón, nos dice: ‘Puesto que Dios es justo, me está condenando’. Sentimos la condenación de Dios hacia nosotros, y nos escondemos de él. Nos separamos de él. Huimos de él. Pero en Jeremías 17:9 leemos:

Engañoso es el corazón más que todas las cosas

En Proverbios 28:26 leemos:

El que confía en su propio corazón es un necio

Si nos fiamos de lo que nuestro corazón nos dice en cuanto a los pensamientos y sentimientos de Dios hacia nosotros, la Biblia afirma que somos necios. ¿Por qué? Buscad conmigo 1 Juan 3:20:

Si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas

¡Dios sabe muchas más cosas que nos condenan, de las que nosotros mismos sabemos acerca de nosotros! Pero él no nos condena; él es “mayor que nuestro corazón”.

Adán y Eva se escondieron de la presencia del Señor. No comprendemos la presencia del Señor. Sentimos que la santidad y la justicia de Dios nos hacen temblar en lo más hondo. Pero la Biblia nos dice que la santidad y la justicia se resumen en una palabra: bondad. Y ¿qué es Dios? DIOS ES AMOR. Su presencia es el amor que busca y acepta.

Adán y Eva se estaban escondiendo de la misma presencia que los habría salvado de ese pecado. ¿Cómo podemos saberlo?

No temas de Su presencia

Recordad que cuando Gabriel anunció a Zacarías —el padre de Juan Bautista— el
nacimiento de este, Zacarías le preguntó: “¿En qué conoceré esto?” ¿Qué respondió el ángel?

“Yo soy Gabriel, que estoy delante [en la presencia] de Dios”.

¿Cuáles son las palabras de ese ángel Gabriel —que está en la presencia de Dios—
siempre que se dirige a un pecador? Lucas 1:13:

Zacarías, no temas

‘Dios no está contra ti, sino a tu favor’. Daniel 10:12:

Entonces me dijo: Daniel, no temas

Daniel 10:19:

Me dijo: “Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y cobra aliento”

Dios quiere que le sirvamos sin miedo. Si aún hay alguna cantidad de miedo interpuesto entre ti y el Señor, es indicativo de que tienes lecciones que aprender de Génesis 3. No comprendemos aún el carácter de Dios.

Fuimos amados por Dios antes de existir

¿Sabía Dios que pecaríamos? ¿Cómo pudo prometer que viviríamos por siempre, a pesar de saber que pecaríamos? 1 Pedro 1:20 (hablando de Cristo):

Estaba destinado desde antes de la fundación del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros

Se tomaron importantes decisiones, incluso antes que Dios creara este planeta. Cristo estaba destinado desde antes de la fundación del mundo. 2 Timoteo 1:8-9:

No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios. Él nos salvó y llamó…

Antes incluso de que naciéramos, y por descontado, antes de que pecáramos. ¿Por qué fue necesario darnos el favor inmerecido antes de que pequemos? ¿Por qué nos dio la gracia, algo inmerecido? ¿Por qué nos la dio en Cristo antes de los tiempos de los siglos? Porque Dios sabía que pecaríamos.

Efesios 1:4-5:

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad

Fuimos escogidos. Implica una decisión. Se decidió algo en relación con nosotros, antes incluso de que Dios creara este planeta. ¿Qué se decidió? Se decidió que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Debido a que pecaríamos, él tomó esa decisión con respecto a nosotros, antes de llamarnos a la existencia.

Concluimos

«El Señor Dios del cielo reunió todas las riquezas del universo y las entregó, a fin de comprar la perla de la inmortalidad perdida. El Padre dio todos sus recursos divinos, y los puso en las manos de Cristo, a fin de que las bendiciones más ricas del cielo pudieran ser derramadas sobre la humanidad caída. Dios no podía expresar un amor mayor del que ha expresado al dar al Hijo de su predilección a este mundo. Este don fue dado al hombre para convencerlo de que Dios no ha dejado sin hacer nada que pudiera haber hecho, que no queda nada en reserva, sino que todo el cielo ha sido derramado en un solo don inconmensurable. La felicidad presente y eterna del hombre, consiste en recibir el amor de Dios y en guardar los mandamientos divinos» (NEV 15.2-3).

Te pedimos Padre que abras nuestros ojos a esa realidad gloriosa, que cambies nuestros corazones de forma que no 12 recibamos en vano tu gracia, derramada a un precio tan sublime.

Escrito por Herbert Montgomery – Serie “Exaltad la cruz”

Publicado originalmente en libros1888.com

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Pensamiento de hoy

- Elena G. White

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