Si tuviéramos un espíritu más humilde tendríamos mas personas en la Iglesia. Si tuviéramos una actitud mas humilde, mas cristiana, la iglesia y los hermanos serían mas felices.
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23
Negarse a si mismo, significa, rehusar a asociarte contigo mismo. Rechaza apoyar a tu ego, a tu yo. Apártate de esa carnalidad que te destruye, rehúsa a aplaudir los logros que tienes. Niégate a sentirte superior a los demás. Rehúsa a vivir en la carne, y aprende a vivir en el Espíritu. Recuerda que es Dios el que produce en nosotros, el querer como el hacer por su buena voluntad.
Si algo bueno tu haces, lo hace Dios en ti. La gloria es de Dios, la gloria no es tuya. Rehúsa a sentirte orgulloso, mantén una actitud humilde. Y cuando el Señor se glorifique en tu vida, baja la cabeza y llora, porque eras un siervo inútil.
¿Quienes te van a clavar en la cruz a ti?
Los miembros de la Iglesia, los hermanos. No te defiendas, déjale el pleito al Señor.
El deseo de poseer una grandeza egocéntrica alimenta los grandes logros del mundo, al igual que sus grandes pecados. El deseo de sobresalir, de ser superior, de que los demás nos admiren, es parte de la gran rebelión de los seres humanos en contra de Dios.
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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