Recursos devocionales
1.La posición católica sobre la justificación es comparable a un buzo que llena sus bombonas de aire, se sumerge bajo el agua y pasa un buen tiempo buceando por sí mismo, porque dispone de una reserva de aire en las bombonas que lleva en la espalda: es la cualidad de una justicia infundida en su alma. Es su posesión. El aire que contienen las bombonas es suyo. Le pertenece. Tiene justicia infundida en su alma.2. En la posición evangélica (post-Reforma, corrompida) no tienes ninguna bombona con aire. Simplemente se te declara buzo, y puedes sumergirte en el agua. No te preocupes: Cristo respiró en tu lugar. Créelo. Es la justicia de
Cristo declarada inmediatamente.
3. ¿Recordáis los buzos de antaño? ¿Cuál era su método para sobrevivir en el fondo del océano? Estaban comunicados con la superficie mediante una manguera que les suministraba el aire en cada momento. Los que estaban en la superficie tenían que estar seguros de que bombeaban correctamente el aire, y de que el tubo que los comunicaba con el buzo no se dañara por una torsión o pinchazo, ya que por él recibía constantemente el aire necesario para mantenerlo con vida. Eso representa la justicia de Cristo compartida continuamente, de forma ininterrumpida: es su justicia impartida.
¿Cuál es la posición auténticamente protestante o bíblica al respecto?
Tres propuestas de salvación. Pero sólo es genuina aquella en la que recibimos el “aire” de la justicia de Cristo continuamente en nuestros corazones, esa es la tercera.
Nuestra amenaza hoy, la que significa para nosotros un desafío, no es la posición católica, sino la evangélica.
Sin darnos cuenta, tomamos una parte del evangelio puro y otra parte del evangelio pervertido, como si ambas fueran compatibles. Pero son antagónicas e irreconciliables, y al asociar el error con la verdad, el primero siempre acabará prevaleciendo y la segunda corrompida. Eso es lo que sucedió en los primeros siglos con la controversia entre el sábado y el domingo.
Muchos autores adventistas están presentando hoy un sistema híbrido que incluye elementos del evangelio eterno junto con otros del protestantismo evangélico corrompido. Cuanto más negligentes seamos los adventistas en el estudio personal de la Palabra de Dios, menos capacitados estaremos para distinguir la falta de consistencia en aquello que se nos propone, sea en forma de predicaciones o de literatura.
El centro y resumen de la posición evangélica (post-Reforma, corrompida) es que no podemos obedecer perfectamente la ley de Dios; por lo tanto, él tiene que declararnos justos sin hacernos justos. Ese es su núcleo principal: no podemos obedecer de forma consistente, por lo tanto, hemos de acogernos a una teología de la salvación que permita cierta cantidad de desobediencia en el proceso de la salvación, debido a que seguiremos en esa situación hasta la venida de Jesús.
Autor: Dennis Priebe
Pensamiento de hoy
- Elena G. White
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