Muere Billy Graham, uno de los mayores predicadores del mundo

El evangelista estadounidense Billy Graham, consejero espiritual de varios presidentes que predicó a miles de personas en todo el mundo, murió este miércoles a los 99 años.

William Franklin Graham Jr. murió en su casa en Montreat, Carolina del Norte, de acuerdo con Jeremy Blume, portavoz de la Asociación Evangélica Billy Graham.

Gracias a su carisma, Graham logró atraer a las masas, que lo seguían a través de sus programas de radio y televisión. Él propagaba su mensaje también por líneas telefónicas y satélites.

Cerca de 77 millones de personas lo asistieron personalmente y otros 215 millones vieron sus discursos por la televisión o por enlaces vía satélite, dijo un portavoz.

El reverendo se convirtió en capellán no oficial de la Casa Blanca para todos los presidentes desde Harry Truman (1945-1953), además de haberse encontrado con diversos líderes mundiales.

Según la asociación que lleva su nombre, Graham predicó en 185 de los 195 países del mundo y convirtió al Cristianismo a más de 3 millones de personas.

«Él fue probablemente el líder religioso más importante de su era», dijo William Martin, autor de un libro sobre él.

«No había nadie como él», afirmó el presidente Donald Trump en su Twitter después de que su muerte fuera reportada. «Él hará falta a los cristianos y a todas las religiones, un hombre muy especial», escribió.

El ex presidente estadounidense George HW Bush también comentó la muerte de Graham, a quien calificó como un amigo personal y mentor de varios de sus hijos, incluido el también ex presidente George W. Bush. «Creo que Billy tocó los corazones no sólo de los cristianos, sino de personas de todas las creencias, porque él era un hombre muy bueno», afirmó.

El ex presidente Barack Obama dijo en Twitter que Graham fue un «siervo humilde que rezaba por muchos». «Con sabiduría y gracia, él dio esperanza y orientación a generaciones de estadounidenses», agregó.

Graham creó muchos ministerios, varios de ellos dirigidos a jóvenes y universitarios. También influenció la formación de varios otros, que se apropiaron de sus eficaces métodos de predicación para grandes multitudes. Su técnica consistió principalmente en encontrar un gran auditorio o estadio, anunciar el evento por todos los medios de comunicación, reclutar a los cristianos locales para traer a sus amigos, distribuir la Biblia (o fragmentos de ella) y predicar un sermón bíblico, cristocéntrico, orientado a las necesidades existenciales. En sus predicaciones, era común que, mientras un gran grupo de cristianos permanecía discretamente en oración para que Dios actuara, un cantante abriera los corazones con un himno en el momento en que Billy Graham hacía el llamamiento para que personas dieran un paso adelante y aceptaran a Cristo.  (Con información G1 y la Revista Adventista)

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